Sin embargo es redonda

Gerardo Díaz

 

El diseño de base hexagonal y pentagonal de los balones de futbol surgido en el mundial de futbol México 70 perduró hasta el de Corea y Japón 2002.

 

 

Desde el primer campeonato mundial de futbol celebrado en 1930, en Uruguay, un destacadísimo protagonista ha sido la esférica con que se juega. Sin embargo, en las últimas versiones mundialistas ha sido criticada por jugadores y prensa debido a su comportamiento dentro del terreno de juego, sin que sea la primera vez que esto sucede. Para muestra, en los mundiales en que México fue anfitrión, el balón también fue foco de atención... para bien y para mal.

 

En 1970 la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA) designó a la empresa alemana Adidas como la proveedora oficial de balones para nuestra copa del mundo. Este fue un hecho sin precedente en la historia del futbol, pues nunca se jugó un torneo de esta envergadura con pelotas fabricadas por un mismo proveedor, lo cual consiguió gracias al diseño del balón llamado “Telstar”, si acaso el más famoso de la historia de la justa.

 

En él se cambió el tradicional color café que distinguió a los balones de futbol desde el mundial charrúa por un diseño revolucionario elaborado con la costura de doce pentágonos de cuero negros y veinte hexágonos blancos, transformación que permitió tener la pelota más redonda de la época y también la más fotogénica, pues en las transmisiones televisivas resaltó de manera excelente en aparatos blanco y negro. Sin embargo, el verdadero éxito y lugar en la historia para este balón fue consagrado por el enorme talento de la selección brasileña encabezada por Pelé, que haciendo magia con el Telstar, se coronó campeona del mundo en el estadio Azteca.

 

Para 1986 gran polémica generó el balón llamado “Azteca”, otra vez de Adidas; que si bien mantuvo el diseño basado en figuras geométricas que tan buena sensación creó a partir de la justa mundialista de 1970, ahora su decorado mostraba unos extraños dibujos que los fabricantes atribuyeron a nuestro pasado prehispánico. Más allá del adorno pintoresco, lo revolucionario y temido de este balón fue que dejó atrás la era del cuero y entró en la era de los nuevos materiales, pues el Azteca fue el primer balón sintético utilizado para este evento celebrado cada cuatro años.

 

Para los “románticos” del deporte, se trató de un error garrafal que no se debía permitir y sí corregir inmediatamente. Un material extraño, con una forma peculiar de rebotar y con gran velocidad en su traslado fue difícil de asimilar a primera instancia. Pero por otro lado, proporcionó durabilidad e impermeabilidad, elementos que se requerían en los balones. Con el transcurrir de la contienda deportiva, el Azteca se convirtió en uno mismo con Maradona. Rápido, preciso, engañoso. Fue cómplice del campeonato argentino.

 

Con estos dos novedosos esféricos, nuestro país disfrutó de los dos campeonatos más bellos de futbol y a los dos mejores jugadores de la historia. Pretextos no faltaron para que el caos reinara entre los participantes; sin embargo, la pelota era redonda y los que sabían qué hacer con ella lo demostraron a la perfección.

 

 

El artículo "Sin embargo es redonda" del autor Gerardo Díaz se publicó en Relatos e Historias en México número 65. Cómprala aquí