La secuencia de mensajes intercambiados entre Villa y Carranza (en “tiempo real”, diríamos hoy), en junio de 1914, presagiaba la ruptura entre ambas fuerzas, lo que conduciría a la guerra civil poco después. Para entonces se preveía la caída del gobierno de Victoriano Huerta y en estos telegramas es visible la disputa por tomar Ciudad de México, si Villa ocupaba Zacatecas.
Es generalmente aceptado que el llamado Primer Jefe trataba de impedir el avance de Pancho Villa después de los sonados triunfos al hilo que la poderosa División del Norte había obtenido hasta la toma de Torreón, en abril de 1914, que también resonaron en Estados Unidos, brindándole un protagonismo inusitado.
La aplastante derrota de los huertistas en Torreón permitía a la División del Norte bajar con su cadena de trenes y atacar el último bastión del ejército federal en Zacatecas; pero Carranza le ordenó a Villa dirigirse a Saltillo, donde se habían concentrado las últimas tropas federales del norte y, de mala gana, el Centauro obedeció. Así, el 17 de mayo, con una espectacular carga de caballería, en los llanos de Paredón, Coahuila, desató “un huracán de seis mil caballos y de hombres envueltos en polvo y en sol” que terminó en pocos minutos con la fuerza enemiga.
Al mismo tiempo, Carranza le ordenó al general Pánfilo Natera dirigirse con sus fuerzas a tomar Zacatecas. Pero este contingente contaba con seis mil hombres y limitadas municiones, mientras que la ciudad, convertida en una fortaleza, protegida por la artillería y una oficialidad escogida, sumaba doce mil federales bien municionados.
Natera comenzó los combates el 10 de junio, pero todos sus asaltos fueron rechazados por las tropas del general Luis Medina Barrón. Ello obligó al jefe revolucionario a solicitar refuerzos para continuar los asaltos.
Ese mismo día comenzó la cadena de telegramas entre Carranza y Villa. Sin lograr ponerse de acuerdo, la conferencia entre ambos se tensará al máximo, hasta llegar a la renuncia del Centauro a la comandancia de la División del Norte.
Carranza había logrado su objetivo, pero, sorpresivamente, los demás jefes villistas, encabezados por el general Felipe Ángeles, se insubordinaron al Primer Jefe y decidieron ir sobre Zacatecas. La batalla en esa ciudad significó el triunfo de la revolución constitucionalista ante el gobierno huertista. Aun así, Carranza dio la orden de no suministrarle el carbón de Coahuila a Villa, a fin de detener el avance de sus trenes.
La semilla de la discordia estaba sembrada: después de la Convención de Aguascalientes, en octubre de ese año, comenzó la fase más cruenta de la Revolución con la guerra civil entre ambas facciones.
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Los telegramas de la ruptura