El consumo de bebidas alcohólicas se asociaba a las actividades que primero fueron condenadas, pero después aceptadas bajo la vigilancia de las autoridades, como los juegos de azar.
Fue en 1811, en plena guerra civil en el Bajío y occidente, que las autoridades virreinales cedieron a la persecución y viraron su política prohibicionista hacia la regulación del vino mezcal. Entonces se publicó un bando en el que se permitía la libre producción de esta bebida en toda Nueva España para obtener ingresos económicos de manera urgente que ayudarán a sofocar la insurrección en distintas zonas, así como para el envío de recursos para la guerra en España contra la invasión francesa.
No obstante, la producción, distribución y venta de vino mezcal, sin pago de impuestos, continuó en el virreinato. Por ello, las autoridades aumentaron las detenciones de contrabandistas e intentaron organizar una mayor vigilancia, y para 1813, un año después de que el ejército de Morelos rompiera el sitio de Cuautla, buscaron reafirmar el control sobre el vino mezcal en esta región. Luego, en 1817, se buscó duplicar los impuestos, pues una parte se destinaba a la subsistencia de las tropas del rey.
Si desea leer el artículo completo, adquiera nuestra edición #143 impresa o digital:
Recomendaciones del editor:
Si desea saber más sobre el Mezcal y su historia en México o cuál es la llamada “región del mezcal”, dé clic en nuestra sección “Mezcal”.
Historia del vino mezcal