Las estatuas también mueren

  • Los movimientos de rechazo a las estatuas

    Los movimientos de rechazo a las estatuas

    La Redacción

    Este año, la directora del Museo de Historia Natural de Nueva York, Ellen V. Futter, propuso remover la estatua del expresidente Theodore Roosevelt (1901-1909), instalada en la entrada del museo en 1939. El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, apoyó la propuesta “porque representa explícitamente a los negros e indígenas como subyugados y racialmente inferiores”.

  • El derribamiento de estatuas

    El derribamiento de estatuas

    La Redacción

    Durante la revolución de independencia los habitantes de Nueva York derribaron la estatua ecuestre del rey Jorge III, en 1776. En México, la estatua del rey Carlos IV se salvó de la ira popular en 1824, porque Lucas Alamán, ministro del gobierno de Guadalupe Victoria, retiró “El Caballito” para resguardarlo en espacios de la Real Universidad de la capital.

  • Las estatuas no son la historia

    Las estatuas no son la historia

    La Redacción

    El obelisco más alto del mundo fue alzado en San Jacinto, Texas, en 1936. En sus muros se lee un relato muy diferente de la historia de la pérdida de Texas que conocemos en México.

  • El movimiento de protesta contra estatuas representativas del racismo y el colonialismo

    El movimiento de protesta contra estatuas representativas del racismo y el colonialismo

    La Redacción

    En Richmond, Virginia, antigua capital confederada, el Black Lives Matter festejó la decisión del gobernador de retirar el monumento al general Robert Lee, comandante militar de los Estados Confederados durante la Guerra Civil (1861-1865).

  • Las estatuas también mueren

    Las estatuas también mueren

    La Redacción

    Las estatuas no son la historia y es muy común que ni siquiera sepamos por qué fueron instaladas en cierto lugar y en un momento determinado, incluso muchos años o siglos después de la muerte del personaje. Con el movimiento internacional de protesta contra las figuras ligadas al colonialismo y al racismo, se ha puesto a discusión una serie de interrogantes sobre estos monumentos presentes en los espacios públicos. México no ha sido la excepción.

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