Piedras o gemas consideradas muy valiosas, chalchíhuitl y xíhuitl (jades y esmeraldas), aparecen mencionadas muchas veces en los códices como metáforas de lo que es bello y valioso. En los cantares y poemas nahuas, el chalchíhuitl, realidad preciosa, se identifica con el corazón y aun con la persona humana. La referencia a la fugacidad y acabamiento de los señores y de todo cuanto existe, se reitera una y otra vez con la metáfora del jade.