“Necesitamos historia que sepa explicarnos con verdad cuáles han sido los sentimientos de los mexicanos, cuáles sus aspiraciones; no historia que tienda a rebajar o a menospreciar al adversario en ideas, cuando su ideología haya sido secundada por grandes partes de la población, pues que, indudablemente, ninguna idea puede extenderse y prosperar, ni tampoco ninguna revolución puede triunfar, si no es porque en la misma exista un fondo de justicia; que nunca ningún pueblo se destroza por solo la pasión de destrozarse, sino que siempre que en un país corre la sangre en guerra fratricida, indudablemente es que existe algún motivo bien grande, un motivo que lleva a esos terribles extremos, y ese motivo tiene que encerrar, forzosamente, una tendencia al mejoramiento de la colectividad”. Atanasio G. Saravia.