Venustiano Carranza deja Aljibes el 14 de mayo de 1920 –de acuerdo con Luis Cabrera– y se interna en la Sierra Norte de Puebla. Aunque sabe que su situación es crítica, pues viene perseguido por sus enemigos políticos, no demuestra contrariedad, ni desesperanza, ni enojo; viejo lobo de mar en las lides políticas, sabe que los que ayer fueron sus aliados hoy son sus enemigos, pero cree firmemente que puede recuperar el control del país y terminar su mandato constitucional. Sin embargo, caerá muerto.