En tanto anarquista, Flores Magón reprobó la lucha electoral antirreeleccionista. Descalificó a Madero por ser “un millonario” y aseguró que su movimiento era solamente “político” y que buscaba “fundar una república burguesa”. Flores Magón despreciaba profundamente a los líderes de la Revolución, tanto a Madero y Carranza como a Pancho Villa, de quien dijo: “no lucha por el bienestar de los pobres sino para encumbrarse él”.
El contacto con las fuertes organizaciones anarcosindicalistas de Estados Unidos definió más claramente la visión política del Partido Liberal Mexicano. Allí, los magonistas serán perseguidos y encarcelados por violar las “leyes de neutralidad” del vecino país, al impulsar levantamientos armados en distintos estados del norte de México.
La historiografía y el discurso político lo han convertido en un mítico “precursor de la Revolución Mexicana”. No lo fue: el combate de Flores Magón se dirigía hacia una revolución mucho más radical, con otro tipo de líderes y participación obrera. Por ello despreció profundamente la lucha iniciada por Madero en 1910: su movimiento era solamente “político” y no social. Merecemos una aproximación completa a este admirable personaje y este ensayo apunta en esa dirección.
El 23 de marzo de 1994 el candidato del Partido Revolucionario Institucional pronunció un discurso en la colonia Lomas Taurinas de Tijuana. Cuando se retiraba, uno de los asistentes penetró el cerco de seguridad y disparó un proyectil. Colosio fue trasladado al Hospital General de Tijuana donde falleció a las 18:55 horas. Hasta la fecha la identidad del asesino, Mario Aburto Martínez, y sus motivos se toman con mucha suspicacia debido a las distintas versiones que fueron dadas a conocer extraoficialmente en un ambiente de temor y especulación sobre la solidez política de México.
El caso del socialista Julio López Chávez, fusilado durante el gobierno de Benito Juárez, en 1868
Por su vecindad con la capital mexicana, en la segunda mitad del siglo XIX en Chalco se vivían intensamente los procesos que sufría la frágil República desangrada por guerras imperialistas, luchas intestinas y visiones del mundo inconciliables. La inmensa distancia entre el patriotismo de liberales o conservadores y las necesidades profundas de los campesinos indígenas y mestizos, se manifestaría con toda su crudeza desde aquellos años
Artículo 1. Por vía de ampliación del artículo 8o. del tratado de 30 de diciembre de 1853, cede la República Mexicana a los Estados Unidos y sus conciudadanos y bienes, en perpetuidad, el derecho de tránsito por el istmo de Tehuantepec, de uno a otro mar, por cualquier camino que actualmente exista o que existiese en lo sucesivo, sirviéndose de él ambas repúblicas y sus ciudadanos.
La figura histórica de Benito Juárez ha estado rodeada siempre por la polémica. Se le acusa de haber solicitado al gobierno de los Estados Unidos un general yanqui que viniera a mandar a todo el ejército de la República mexicana; de haber ofrecido parte del territorio nacional a los Estados Unidos a cambio de su ayuda material en la lucha contra los conservadores y el Imperio de Maximiliano; de alentar que fuerzas de la marina de los Estados Unidos intervinieran directamente en nuestras contiendas internas, al capturar la escuadrilla fletada en La Habana por el gobierno de Miramón; y de haber firmado el tratado McLane-Ocampo, que convertiría a México, para todo fin práctico, en un protectorado o semicolonia de los Estados Unidos.
Entre las decenas de artículos que hemos publicado sobre el presidente Benito Juárez (cuyo mandato, en medio de guerras, duró de enero de 1858 a julio de 1872), recomendamos tres ensayos de distintos momentos críticos de su ejercicio del poder, y otro más sobre las fuentes de la construcción oficial de la llamada historia patria.