Mariano Escobedo, el general “más ameritado”

Héroe en la invasión francesa

Luis Salmerón

En 1900 Mariano Escobedo era considerado el general “más ameritado” de todos los que habían combatido al imperio de Maximiliano, incluso sobre Porfirio Díaz, según una encuesta del periódico El Diario del Hogar.

 

 

 

El 22 de mayo de 1902, con 76 años a cuestas y decenas de batallas libradas, falleció en la tranquilidad de su hogar de la Ciudad de México el general Mariano Escobedo, a quien se recordaba como el triunfador de Querétaro al que rindieron sus armas los principales impulsores del imperio de Maximiliano de Habsburgo, incluido el propio austriaco, en 1867, al término de la Segunda Intervención francesa.

 

Nacido en Galeana, Nuevo León, en 1826, Escobedo pasó sus años mozos en la ruda y precaria vida del campo de su región. En 1846 se alistó en la Guardia Nacional y desde entonces luchó bravamente contra los invasores estadounidenses, así como contra los apaches y comanches, la dictadura de Antonio López de Santa Anna, las fuerzas conservadoras, el ejército francés y finalmente contra su antiguo compañero de armas, Porfirio Díaz, sin vacilar ni cambiar de partido, como tantos militares de su época.

 

Estuvo presente en las primeras acciones de armas contra los invasores franceses, en 1862 y 1863. Luego luchó contra ellos en los estados de Guerrero, Puebla y Oaxaca, hasta que sus fuerzas fueron derrotadas. Emprendió entonces una larga y aventurada travesía que lo llevó a sus desiertos natales, donde reunió un grupo de voluntarios que en 1865 reactivaron la resistencia guerrillera en el noreste del país. Allí libró decenas de combates contra los franceses y conservadores mexicanos que apoyaban al emperador Maximiliano. Poco a poco, Escobedo fue ganando el lugar de honor entre los otros jefes de la región, por lo que Benito Juárez lo nombró comandante en jefe del Ejército Republicano del Norte.

 

En el verano de 1866, las fuerzas de Escobedo controlaron los estados del noreste, obligando a los franceses y los conservadores a retirarse. A fines del mismo año iniciaron su avance rumbo al centro del país. Cuando Maximiliano concentró sus últimas fuerzas en Querétaro, Escobedo fue nombrado comandante supremo de los ejércitos republicanos que se reunieron para sitiar al emperador y el 15 de mayo tomó la ciudad. Así, el austriaco se rindió personalmente ante el general mexicano, con lo que quedó cerrado un capítulo de nuestra historia.

 

Triunfante la república, Escobedo alternó entre la política y el ejército. Fue gobernador de San Luis Potosí y senador. Se opuso a las aspiraciones presidenciales de Porfirio Díaz, por lo que a su triunfo se exilió en Estados Unidos. Intentó varias veces derrocar al gobierno, pero finalmente aceptó su fracaso y el general oaxaqueño, en reconocimiento a sus méritos, lo amnistió y le permitió regresar al país, además de otorgarle medallas, premios y una de esas diputaciones casi vitalicias al uso de la época.

 

Como domesticado diputado del régimen porfirista falleció aquel león del desierto, implacable enemigo de los invasores de nuestro suelo.

 

 

El artículo "Muere el general Mariano escobedo, héroe en la invasión francesa" del autor Luis Salmerón se publicó íntegramente en Relatos e Historias en México, número 105