Corría el año de 1648, y después de cinco veces que el supuesto milagro sucedió, el marido de doña María mandó llamar a su amigo el escribano Miguel Pérez para testificar su veracidad. Por más de veinte años se realizó el “prodigio” y en 1674, el arzobispo fray Payo de Ribera ordenó que se hicieran juntas de teólogos para que diesen su parecer sobre el caso.
La cárcel de Lecumberri cobró gran notoriedad por ser el sitio frente al que fueron asesinados el presidente Madero y el vicepresidente Pino Suárez en febrero de 1913.
A diferencia de lo que podría pensarse, el blues fue creado como una música alegre que pudiera ser tocada en la calle, para bailar en comunidad, y con la que se compartieran experiencias a través de letras de canciones que inyectaran optimismo e hicieran olvidar los problemas.
Para escuchar blues es necesario sentir la historia negra americana, negra en piel y en justicia, una historia cruel transmutada en voces y sonidos desgarradores
El epicentro de un decisivo conflicto entre potencias
El puerto de Bagdad tuvo su auge en la segunda mitad del siglo XIX, en especial durante la Guerra Civil estadounidense. Luego, hacia 1889 desapareció literalmente del mapa tras ser arrasado por un huracán. A la fecha solo persiste su nombre en una playa cercana, la cual es un destino turístico para los habitantes de Matamoros.
Estos franceses que respaldaban al gobierno de un monarca europeo en México representaban la antítesis de Lincoln. Este era el temor del presidente estadounidense: que los monarquistas franceses y mexicanos encontraran en los aparentemente derrotados sureños un apoyo y nuevos bríos de guerra.
Invadido por el ejército francés del emperador Napoleón III para establecer la monarquía del archiduque austriaco Maximiliano de Habsburgo, México se debatía en una lucha mortal entre republicanos e imperialistas
En una época en la que cobrar impuestos de acuerdo con los ingresos y el patrimonio de cada persona no era sencillo, se diseñaron contribuciones como estas para gravar objetos de lujo y bienes que, a diferencia del dinero, no podían ocultarse. No cualquiera podía costear un carro o caballo, ni mucho menos una casona con un número elevado de puertas y ventanas.