Cine

  • ¡Vamos al cine! Les recomendamos “Retorno al pasado”

    ¡Vamos al cine! Les recomendamos “Retorno al pasado”

    (Jacques Tourneur, 1947)

    La Redacción

    No hacía mucho que Jeff había salido en busca de la bella Kathie cuando tuvo la certeza sobre su paradero, después de hallar pistas en Nueva York. Él era un inescrupuloso detective privado y ella una prófuga, acusada de robarle miles de dólares a su acaudalada pareja: el hampón Whit Sterling. Jeff arribó entonces a una Ciudad de México que estaba ya densamente transitada a mitad del siglo pasado.

  • ¡Vamos al cine! Les recomendamos “Los caifanes”

    ¡Vamos al cine! Les recomendamos “Los caifanes”

    (Juan Ibáñez, 1967)

    La Redacción

    En el argot de la época, llamaban caifán, principalmente en el ambiente de la vida nocturna, a aquel que “las puede todas”, que tiene arrojo, que no escatima al correr riesgos y vive desbocado en la aventura. Otra variante indica que los bailadores de cabaré, y hasta los padrotes, también eran nombrados de esta manera.

  • Permanencia voluntaria

    Permanencia voluntaria

    Y otras antiguas costumbres en el cine

    Marco A. Villa

    Sin duda, entre lo que más se extraña del cine es la permanencia voluntaria, establecida como una estrategia comercial desde el mismo año en que inició la Revolución en nuestro país, extendiéndose hasta la última década del siglo pasado. Hoy es difícil concebir que el costo de un solo boleto alguien podía ver dos o más filmes del momento, pero por décadas fue posible.  

  • ¡Vamos al cine! Les recomendamos “Actas de Marusia”

    ¡Vamos al cine! Les recomendamos “Actas de Marusia”

    (Miguel Littin, 1975)

    Marco A. Villa

    Rufino Gómez Peralta cayó abatido por los disparos de la tropa. La ley fuga que le aplicaron, lo dejó tendido sobre la arena del desierto que, empujada por una leve ventisca, cubrió tenuemente su cuerpo y se amontonó en sus heridas.

  • ¡Vamos al cine! Les recomendamos “Los hijos de Sánchez”

    ¡Vamos al cine! Les recomendamos “Los hijos de Sánchez”

    (Hall Bartlett, 1978)

    Marco A. Villa

    Jesús Sánchez vivía hacinado con sus cuatro hijos, nietos y pareja en turno en un espacio cuya escasa amplitud era fácilmente depredada por el hacinamiento. Compartían desde la falta de privacidad y los alimentos, hasta los sueños de por fin acabar con la miseria.

  • Casarín, el Atlante y el cine

    Casarín, el Atlante y el cine

    Gerardo Díaz

    Los fieles atlantistas los acompañaban a todos lados y el equipo comenzó a jugar muy bien, a tal grado que varios inversionistas pensaron en un proyecto que unificara el cine y el futbol. Así, en 1944 Casarín debutó, sin proponérselo, como actor de cine.

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