Durante la década de los cuarenta el cine mexicano vivía sus años de mayor esplendor, además de ser la industria que dominaba el mercado cinematográfico latinoamericano. Entre sus grandes estrellas figuraban artistas de la talla de María Félix, Pedro Infante, Dolores del Río, Jorge Negrete, Lupe Vélez, Pedro Armendáriz y un sin fin de astros que con su presencia iluminaban las pantallas. Las grandes productoras estaban encabezadas por Clasa Films, Mier y Brooks, Películas Rodríguez entre otras, pero dentro de este torbellino de nombres famosos y emporios del cine, se fundó una compañía productora encabezada por la cubana Issa Morante, en un mercado dominado por los hombres.
En una de las giras de Issa por Latinoamérica, pisó suelo mexicano y quedó cautivada por nuestro país. De inmediato comenzó a trabajar como actriz al lado de figuras como Jorge Negrete y Pedro Armendáriz en la película Tierra de Pasiones (1943).
El trabajo de Issa en el cine continuó con películas como: La vida inútil de Pito Pérez (1943), dirigida por Miguel Contreras Torres, Sol y Sombra (1945) de Rafael Portas, La niña de mis ojos (1946) de Rafael J. Sevilla, protagonizada por Joaquín Pardavé y Sofía Álvarez. Fue en esa época cuando Issa pudo hacerse de un capital y logró crear Amador Films, compañía con la que cristalizó su sueño de protagonizar sus propias películas, realizó entonces la cinta María la O, basada en la zarzuela del famoso compositor cubano Ernesto Lecuona. Para esta producción, Issa contó con grandes personalidades como Emilio Tuero, quien fungió como galán y el afamado Gabriel Figueroa en la fotografía; la dirección corrió a cargo del cineasta veracruzano Adolfo Fernández Bustamante.
Esta publicación es un fragmento del artículo “Issa Morante” del autor Martín Caballero y se publicó íntegramente en Relatos e Historias en México, núm. 21.