Cuando se planificó la Línea 4 del Sistema de Transporte Colectivo-Metro, seguramente se pensó que la estación que estaría a las afueras de Eje 4 Norte Avenida Talismán tendría en su iconografía una referencia a algún místico artefacto o signo celeste. Sin embargo, en el transcurso de la obra se realizó el hallazgo de un fósil milenario que cambió en parte lo planificado.
Cuando se planificó la Línea 4 del Sistema de Transporte Colectivo-Metro, seguramente se pensó que la estación que estaría a las afueras de Eje 4 Norte Avenida Talismán tendría en su iconografía una referencia a algún místico artefacto o signo celeste. Sin embargo, en el transcurso de la obra se realizó el hallazgo de un fósil milenario que cambió en parte lo planificado.
Inaugurada en 1981 durante la presidencia de José López Portillo, esta ruta fue la primera que abandonaba los túneles para ser elevada por completo. Por ello, el pasar la atención del cielo al suelo fue algo inesperado. La gran sorpresa no era que en las obras se descubriera algo, pues las experiencias con las Líneas 1 y 2 habían demostrado que Ciudad de México tenía muchísima historia escondida en su subsuelo, sino que se tratara de un objeto poco común para la zona: los restos de un mamut.
Tampoco es que fuera completamente desconocida esta especie en nuestro territorio. Gracias a los restos ubicados en varias regiones del centro del país, se tiene conocimiento de que hace más de 12 000 años, la cuenca de México fue habitada por dicha especie. De hecho, el Museo de Geología de la UNAM (en la colonia Santa María la Ribera) alberga los restos de un enorme mamut, el cual fue reconstruido tras ser encontrado en la carretera México-Puebla en 1926 y que durante años estuvo exhibido en el actual Museo del Chopo.
El hallado en avenida Talismán es nombrado científicamente como Mammuthus archidiskodon y existió hace 1.5 millones de años. Su extinción ocurrió de manera aproximada hace 3 700 años. Aunque normalmente sus restos son encontrados en zonas de clima frío como el norte de América, Europa y parte de Asia, no es extraña su presencia en sitios más cercanos a los trópicos.
Tras el hallazgo, se decidió exhibir los restos del mamut en la propia estación Talismán, para lo cual se habilitó un pequeño espacio que hasta la actualidad permanece.
Dada la especie encontrada y que el elefante (descendiente del mamut) es considerado en algunas partes del mundo como un amuleto o talismán de la buena suerte, el ícono de esta estación hace referencia al descubrimiento, aunque no todos en la capital tengan idea de la existencia del fósil dentro de la misma.
La breve de Cartografía Urbana "Talismán" del autor Gerardo Díaz se publicó en Relatos e Historias en México, número 114.