“Leo Matiz: El muralista de la lente” en el Antiguo Colegio de San Ildefonso

Exposición fotográfica que rinde homenaje al colombiano Leo Matiz en el centenario de su nacimiento

 

“Voy a morir tranquilo, pensando que nadie superará lo que viví en México.

Creo que he vivido allí el mejor siglo de la vida.

Yo mismo no encontré nada en el mundo similar a lo que descubrí y amé en ese país. Cómo olvidar su luz blanca y transparente, sus atardeceres grises y azules, vividos en esa ciudad bullente de cinco millones de habitantes.”

Leo Matiz 

 

 

 

La muestra Leo Matiz: El muralista de la lente. A cien años de su nacimiento 1917-2017 reúne 81 fotografías, además de dibujos, caricaturas y notas periodísticas que ofrecen una visión integral de las cualidades estéticas del arte de este genio de la lente durante su estancia en México de 1941 a 1947.

 

Las 81 imágenes de la exposición dan cuenta de las relaciones y el intercambio sostenido no sólo con los artistas de su tiempo, sino con el gusto, los retos, la adversidad de circunstancias involuntarias y los cánones de la estética vigente a la que se adhirió, pues durante su presencia en México, Leo Matiz se integró rápidamente a la comunidad artística, intelectual y social de ese tiempo conformada por los muralistas mexicanos Diego Rivera; José Clemente Orozco, con quien entabló una relación muy cercana de mutua admiración y amistad; y David Alfaro Siqueiros, con el que unió su talento creativo y, al final de su relación, tuvo un desencuentro intelectual que llevó a Matiz a regresar a Colombia en 1947.

 

Retrató a los pintores Frida Kahlo, Manuel Rodríguez Lozano y Francisco Zúñiga; convivió con las grandes personalidades del cine de oro mexicano como María Félix, Dolores del Río, Cantinflas, Gloria Marín, Lupe Vélez, Agustín Lara, los hermanos Soler, Emilio “El Indio” Fernández, Gabriel Figueroa, Julio Bracho y Luis Buñuel; además, de relacionarse con un selecto grupo de diplomáticos, fotógrafos y escritores, entre ellos Efraín Huerta, Pablo Neruda y Manuel Álvarez Bravo.

 

A Leo Matiz le atrajeron los enigmas de las sombras y los secretos que revelan las formas cuando la luz apenas las roza; el campo de profundidad, el juego del claroscuro, los matices y las siluetas que, al entretejerse, dibujan mapas y constelaciones de grises que se disuelven en la imagen. Su mirada dotó a las obras de destellos, contraposiciones y altos contrastes que al mismo tiempo logran un equilibrio entre el brillo y la penumbra, la quietud y el movimiento, la atmósfera envolvente del encuadre y la alegría del propio autor.

 

El colombiano enfocó su lente en México para registrar los sucesos y fragmentos de la vida cotidiana de los campesinos, el desencanto de la vida rural y los oficios humildes. Encontró en la historia, el paisaje y la cultura popular mexicana, la inspiración necesaria que le dio sentido a sus propias búsquedas artísticas. Supo destilar, de todas sus vivencias en México, lo que necesitaba, abrevó de cada lección para consolidar y depurar una mirada singular, un lenguaje propio que determinó su contundencia en el quehacer fotográfico moderno.

 

Como señala Miguel Ángel Flórez Góngora, biógrafo de Leo Matiz, el fotógrafo plasmó en sus obras el legado estético y la visión estilística de las producciones del cine mexicano, durante la llamada época de oro, que fueron fuente de inspiración y que enriquecieron el imaginario de la cultura popular, no sólo de México, sino de América Latina. Fotografías con enfoques en contrapicado, perfiles y rostros vigorosos entre nubes, ojos escrutadores, así como gracia y equilibrio en las composiciones, fueron características integradas al mundo visual de Matiz, para consolidar su proyecto creativo y ampliar las posibilidades expresivas de su arte.

 

En especial, la muestra da cuenta de la cercana amistad que el fotógrafo sostuvo con el muralista José Clemente Orozco. A lo largo del recorrido se pueden apreciar fotografías donde aparecen juntos con dedicatorias y expresiones de admiración recíproca. Leo Matiz supo filtrar a través de su lente al creador mortal e intensamente humano; al Orozco caminando, leyendo el periódico, subiendo a los andamios, sentado, pintando o en compañía de su hijo. Al Orozco sonriente a la cámara de su cómplice, colega y amigo.

 

Leo Matiz: El muralista de la lente. A cien años de su nacimiento 1917-2017 es un homenaje a la maestría técnica del fotógrafo colombiano, hacedor de imágenes que revelan aportaciones fundamentales al discurso estético de su tiempo. La exposición estará abierta al público en el Antiguo Colegio de San Ildefonso hasta el 17 de septiembre de 2017 y es una magnífica opción para visitar en las vacaciones de verano.

 

Cabe resaltar que con su mismo boleto (el costo es de 50 pesos), además de disfrutar de las imágenes de Leo Matiz, también puede entrar al acervo mural del edificio y a la bellísima exposición fotográfica de Candida Höfer en México, una de las más importantes artistas contemporáneas a nivel internacional. La muestra reúne una extraordinaria selección de 38 imágenes de edificios icónicos de la arquitectura mexicana que estará abierta al público hasta el 30 de julio.

 

El Antiguo Colegio de San Ildefonso está ubicado en Justo Sierra 16, Centro Histórico de Ciudad de México. Horario: martes de 10:00 a 20:00 horas. Miércoles a domingo de 10:00 a 18:00 horas. Admisión general a las exposiciones temporales: $50.00. Estudiantes y maestros con credencial vigente: $25.00. La entrada es libre para niños menores de 12 años, adultos mayores con credencial INAPAM, Programa de Membresías de San Ildefonso, Prepa Sí (CDMX) y En contacto contigo de la UNAM. Los martes la entrada es libre para el público general.