La fundación de Monterrey

En el principio fue el Camino Real de Tierra Adentro

Enrique Tovar Esquivel

Desde los primeros decenios del siglo XVI comenzó a empedrarse el Camino Real de Tierra Adentro, llamado la ruta de la plata. La ruta llegó hasta Santa Fe, en Nuevo México, a más de 2,500 km de la Ciudad de México. En el decenio de 1560, desde Zacatecas, partió un ramal hacia el noreste, pasando por Mazapil, para llegar a las minas de Monclova y Cerralvo (en Coahuila y Nuevo León). En 1577 asentaron poblaciones en Saltillo y Monterrey.

 

A mediados del siglo XVI, la riqueza metalífera de Zacatecas convirtió provisionalmente a esta villa en el sitio más avanzado de la ruta de la plata conocida como el Camino Real de Tierra Adentro, que promovió un intenso flujo humano hacia el norte.

En la villa de Zacatecas se congregaría esa amalgama de soldados/aventureros/mineros que descubrieron y fundaron otras poblaciones en el norte, como el grupo expedicionario de Francisco de Ibarra, fundador de Durango en 1563, capital de lo que sería el Reino de Nueva Vizcaya. Su creación limitaría al norte el crecimiento territorial del Reino de la Nueva Galicia (con capital en Guadalajara) y, por ende, representaría un freno a su continua búsqueda de yacimientos metalíferos. El Camino Real continuaría hacia el noroeste, en su búsqueda de plata, para llegar a Chihuahua y, al mismo tiempo, un camino se desprendió hacia el noreste, con los yacimientos descubiertos en 1568, para fundar el real de minas de San Gregorio del Mazapil, cerca de la frontera con Coahuila. Sin embargo, este quedaba tan lejos del Camino Real que prácticamente era nula la protección que podía recibir del ejército virreinal contra los indios, en esa región ignota que llamaban zona de “guerra viva”.

A ello se sumaba su peligroso trayecto, pues a Zacatecas y Mazapil los separaban más de 233 kilómetros de tierras áridas que se incrementaban casi al doble debido a los escasos abrevaderos existentes, tan necesarios para las bestias como para los hombres; de hecho, la ubicación de ellos definía la ruta.

En abril de 1572 el virrey Martín Enríquez de Almansa ordenó al corregidor de Huejutla (en la provincia del Pánuco), don Luis de Carvajal y de la Cueva, que buscara una ruta entre esa provincia y las minas del Mazapil. Al punto, Carvajal reunió hombres y bastimentos, y partió el 4 de agosto del 72 a su exploración. Casi tres meses después llegó al Mazapil, pero convencido de que la región recorrida era inadecuada para trazar un camino, por lo que decidió intentar por otros rumbos.

En Mazapil, Carvajal se aprovisionó nuevamente y aumentó el número de sus soldados. Ahí también se encontraba Diego de Montemayor, quien llegó procedente de la villa de Durango, tal vez atraído por la naciente riqueza del mineral. Señalado como soltero en un libro de cófrades, Montemayor contrajo matrimonio en Mazapil con Juana Porcallo o Juana de la Cerda (según otro documento).

Especial atención nos merece doña Juana, quien le sería infiel a su esposo con Alberto del Canto. Su adulterio no solo tuvo un trágico final que implicó su asesinato por parte de Montemayor, sino que indirectamente determinó una posición política privilegiada de su uxoricida tras huir de la justicia. Pero eso lo veremos más adelante.

A fines de octubre de 1572, Carvajal viajó al noreste, aconsejado por la gente del Mazapil, hasta llegar a las faldas de la Sierra Madre Oriental; buscó una abertura ancha y despejada (una abra) para cruzarla y a inicios de 1573 la encontró: era “una abra muy llana por donde pasó la dicha sierra”. El hallazgo del paso por la Sierra Madre Oriental y del nuevo valle nombrado “de Extremadura” fue noticia que llegó al Mazapil antes de que Carvajal arribara a la provincia del Pánuco. Esto generaría nuevas oportunidades de exploración, explotación y poblamiento, como en efecto ocurrió tiempo después.

La ruta del Mazapil al Pánuco se había encontrado… solo que esta nunca funcionó como ruta comercial (sino hasta varios siglos despúes), principalmente porque el Camino Real novohispano fue militarmente reforzado y el problema del abastecimiento se resolvió con nuevas fundaciones intermedias sobre el Camino Real que partía de la Ciudad de México. No obstante, el hallazgo del paso por la Sierra Madre Oriental estimuló el ingreso de milicias al territorio para apresar indios y buscar minas para beneficiarlas. Así poblaron los sitios que luego se llamarían Monclova, Saltillo, Cerralvo y Monterrey.

 

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