El primer reparto agrario zapatista

Luis Salmerón

 

El 30 de abril de 1912, el general Emiliano Zapata Salazar hizo la primera restitución de tierras, aguas y montes, tal como estaba estipulado en el Plan de Ayala, en beneficio de los campesinos de Ixcamilpa, Puebla. Con este acto empezó el reparto agrario zapatista que en los años posteriores habría de revolucionar la estructura de la propiedad de la tierra en Morelos y en las zonas aledañas de Estado de México, Guerrero, Puebla y Distrito Federal.

 

El Plan de Ayala en el que se sustentó este primer acto había sido promulgado el 29 de noviembre del año anterior, en las montañas en que Zapata y sus compañeros se habían refugiado mientas escapaban del ejército federal. En ese refugio, convencidos ya de que la revolución encabezada por Francisco I. Madero –para entonces convertida en gobierno– no atendía sus demandas, los sureños decidieron condensarlas en un plan en el que se estableciera también cómo estas debían solucionarse. Rápidamente, el documento se convirtió en la bandera y el manifiesto programático de los agraristas. Además, llamaba a los mexicanos a una nueva revolución, ahora contra Madero.

 

La razón de la nueva revuelta estaba contenida en el artículo 6º, que señalaba que los pueblos o ciudadanos que tuvieran los títulos correspondientes a “los terrenos, bosques y aguas que hayan usurpado los hacendados, científicos o caciques a la sombra de la tiranía y justicia venal”, entrarían en posesión inmediata de dichos bienes, manteniendo la posesión “a todo trance, con las armas en la mano”; así como en el 7º, que decía que siendo una realidad que “la inmensa mayoría” de los pueblos y ciudadanos carecían de medios de vida suficientes y sufrían “los horrores de la miseria por estar monopolizadas en unas cuantas manos las tierras, montes y aguas, por esta causa se expropiarán, previa indemnización de la tercera parte de esos monopolios, a los poderosos propietarios de ellas, a fin de que los pueblos y ciudadanos de México, obtengan ejidos, colonias, fundos legales para pueblos o campos de sembradura o de labor”.

 

El Plan ofrecía la restitución de las tierras usurpadas, pero también la expropiación de tierras por causa de utilidad pública, para dotación de “pueblos y ciudadanos”. Con este documento, los zapatistas comenzaban su propia revolución.

 

La breve "El primer reparto agrario zapatista" del autor Luis Salmerón se publicó en Relatos e Historias en México número 116 ¡Cómprala aquí!