El polémico proceso judicial contra un fraile en el siglo XVI

Luis González Obregón (1865 - 1938)

Los niños implicados en el caso contra el fraile Cristóbal de Trujillo señalaron que él los interrogaba para conocer las posesiones que tenían a su alcance. Luego les ordenaba hurtar las que consideraba de más valor, desde ropa hasta pinturas.

 

Cristóbal de Trujillo, «fraile profeso de la orden de Santo Domingo» y clérigo ordenado de corona, se propuso enseñar a robar, y a robar a las familias de los niños que asistían a la escuela. Les «enseñaba a hurtar, dice Juan Bautista, y les mandaba a sus discípulos que hurtasen los bienes y hacienda de sus padres, y ansí por su mandado los dichos sus discípulos lo hacían: hurtaban todo cuanto les mandaba y para ellos les amenazaba é ponía temores infinitos».

En otra acusación presentada por el Fiscal el 26 de septiembre del mismo año, agrega que al muchacho que no quería robar lo amenazaba Trujillo con penas y azotes, y los muchachos por temor, y siendo como era su maestro, hurtaban lo que éste les aconsejaba. El Fiscal lo acusa también de «otros delitos más que había cometido antes y después de residir en Oaxaca, y se refiere a que aconsejabaa sus discípulos, «que cuando fuesen aconfesar, no confesasen ni dijesen a su confesor lo que había hurtado y traídole», para que no se descubriese su delito.

Citados los muchachos, que fueron ocho, estuvieron todos acordes en testificar que su maestro se informaba con ellos de lo mejor que tenían en sus casas, y que aquellos objetos que excitaban su codicia, ordenaba que se los llevasen, amenazándoles con castigos si lo contrario hacían. Así robó pinturas, libros, ropa y lo que es todavía peor, aun instrumentos que servían para ejercer oficios y mantener a los padres de los niños, pues en los inventarios constan varias piezas de herramienta.

Con razón el Fiscal pedía todo el rigor de la ley para semejante reo. ¡Qué cosa más horrenda que un maestro de escuela, que en vez de ser modelo y ejemplo con sus discípulos, les enseña a robar y a mentir! En Cristóbal [de] Trujillo había la agravante de ser clérigo tonsurado, y «fraile profeso… en el monasterio de Santo Domingo», de Oaxaca, como dijo muy bien el Fiscal.

 

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El gran maestro del robo

 

N. de la R. Este texto proviene de la obra México viejo y anecdótico, publicada originalmente en 1909, en Ciudad de México, por la Librería de la Vda. de Ch. Bouret.

 

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Un gran maestro del robo