Eran los últimos meses de 1916. La guerra entre las facciones revolucionarias (convencionistas y constitucionalistas) había pasado y el camino para redactar una nueva carta magna estaba a punto de comenzar. Después del periodo de crispación, el Primer Jefe Venustiano Carranza quería restablecer la relación con la prensa –que había vivido una grave crisis al igual que el país– y de paso apoyar a los periódicos que fueran favorables a su proyecto político.
En ese contexto surgió el decano del periodismo a nivel nacional: El Universal, el 1 de octubre. Claro, años antes había salido el que hoy es el diario más antiguo de México, aunque en el ámbito regional: El Dictamen de Veracruz, fundado en 1898. Dicho esto, continuemos: el “diario político de la mañana” –como rezaba su lema inicial– nació de la mano de un revolucionario constitucionalista que venía desde tiempos del reyismo y el maderismo: el ingeniero Félix Fulgencio Palavicini.
Este tabasqueño, que también fungió como diputado constituyente, tenía una sonada trayectoria en el periodismo. En 1909 había sido director de El Antirreeleccionista, que apoyó la campaña de Francisco I. Madero a la presidencia. Tras el triunfo de la revolución fue parlamentario en la célebre XXVI Legislatura y colaboró en el diario maderista Nueva Era. Más tarde, en 1914 encabezó la última etapa del porfiriano El Imparcial (que los constitucionalistas convirtieron en El Liberal). Después fue encargado del despacho de Instrucción Pública y Bellas Artes en el gobierno carrancista, al que renunció en septiembre de 1916, en vísperas del Congreso constituyente y del surgimiento de El Universal.
Con una visión moderna que contribuiría a forjar la prensa industrializada mexicana del siglo XX, el periódico hoy centenario cubrió las sesiones del Congreso que se celebró en Querétaro a partir de diciembre de 1916, acompañó la labor de los diputados y expuso su postura –y la del grupo carrancista– sobre la Constitución que sería promulgada el 5 de febrero de 1917.
La cercanía de Palavicini con el círculo en el poder era tal que la nueva carta magna sería impresa en los talleres de El Universal, ubicados en el edificio Gambrinus, en la esquina de Madero y Motolinía, en Cien años de El Universal el centro de la Ciudad de México. Fue así que de una rotativa Goss de cuatro niveles –que hoy se exhibe en el Palacio Legislativo de San Lázaro– salió el primer ejemplar de la Constitución que hasta hoy rige en el país.
El artículo "El Universal. El decano de la prensa nacional" del autor Ricardo Cruz García se publicó en la revista impresa de Relatos e Historias en México No. 100: http://relatosehistorias.mx/la-coleccion/100-cien-ediciones-contando-his...