El 4 de noviembre de 1889 La Patria Ilustrada se vistió de gala. En su portada publicó una elegante calavera que presagiaba en lo que se convertiría, a la postre, en un símbolo de lo mexicano.

Con peineta y rulos, dentadura perfecta, flores como diadema y un cuello de gorguera rizada o lechuguilla casi colonial, José Guadalupe Posada acompañó la imagen con algunas escenas de la aristocracia porfirista de fin de siglo.

La Patria Ilustrada era dirigida por Ireneo Paz (abuelo del poeta Octavio Paz), con quien Posada colaboró, antes de trabajar para la imprenta de Antonio Vanegas Arroyo, en donde publicó la mayoría de los trabajos por los que hasta hoy es reconocido.

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Agustín Sánchez González. Historiador especializado en caricatura mexicana e investigador en el INBAL. Ha publicado una treintena de libros; entre ellos, Los humoristas gráficos y el exilio en México (2017), y Crímenes y horrores en el México del siglo XIX (2017). En 2019 obtuvo el Premio Nacional de Periodismo Cultural René Avilés Fabila.