Según algunas de las fuentes disponibles, ese día fue ejecutado Cuauhtémoc, el heroico e infortunado emperador mexica a quien tocó vivir la derrota y sometimiento de su pueblo a manos de los conquistadores españoles.

Durante la aventurada expedición de Cortés a Las Hibueras (hoy en Honduras), el capitán conquistador hizo caso de las supuestas acusaciones que vinculaban al depuesto emperador mexica con una conspiración contra los españoles, por lo que ordenó su ejecución, la cual se ha calculado que se efectuó el 28 de febrero de 1525, aunque algunas fuentes —como el Códice Vaticano— sitúan el hecho en 1524 y no precisan el día. Los documentos disponibles, la distancia y la naturaleza del hecho sólo permiten hacer conjeturas; no se sabe a ciencia cierta si hubo una conspiración indígena o si todo era parte de un plan de Cortés para dejar acéfalo al antiguo imperio.

Así murió el joven guerrero cuyo heroísmo lo convirtió en uno de los más caros símbolos sobre los que se construyó la identidad mexicana entre los siglos XIX y XX.

Esta publicación es un fragmento del artículo “La ejecución de Cuauhtémoc” del autor Luis Arturo Salmerón y se publicó íntegramente en la edición de Relatos e Historias en México, núm. 66.

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