Corrupción

  • Juárez y la corrupción

    Juárez y la corrupción

    Javier Torres Medina

    Ante el dilema de combatirla o transigir para gobernar

  • “Con dinero baila el perro”: las elecciones de 1871

    “Con dinero baila el perro”: las elecciones de 1871

    Javier Torres Medina

    Desde Palacio Nacional se ejercía presión sobre la oposición y se vetaban candidaturas que don Benito Juárez no consideraba de su agrado.

  • Agiotistas y empresarios en el reino de la “deudocracia”

    Agiotistas y empresarios en el reino de la “deudocracia”

    Javier Torres Medina

    Ruinoso lujo extranjero, en el pueblo alto extendido. El medio muy abatido, y el bajo de limosnero. La ley convertida en cero, el gobierno sin acción, conatos de insurrección, por todos en general. Esta es del México actual la exacta definición. (Periódico El Cosmopolita, 21/Jul/1841)

  • ¿Quiénes fueron los beneficiarios con la venta de La Mesilla?

    ¿Quiénes fueron los beneficiarios con la venta de La Mesilla?

    Javier Torres Medina

    Estados Unidos pagaría diez millones de dólares por La Mesilla, con un adelanto de siete millones y tres más cuando quedara concluida la línea divisoria. Santa Anna dirigió desde México las transacciones y dispuso del dinero directamente. Le ordenó a Arrangoiz destinarle 15 000 pesos para sus gastos personales, que él llamó “comisión secreta”. El 86 por ciento de lo que Francisco de Paula sacó de los bancos de Nueva York fue a parar para reembolso de los adelantos de prestamistas. A Barrón, los hermanos Mosso, Iturbe, Rubio, Mier y Terán, Juan Rondero, José Ramón Pacheco, Jecker, Torre y Cía. se les pagaron los adelantos con su consabido interés. Del total, 42.7 por ciento fue a parar a manos de Escandón, el consentido del régimen.

  • Corrupción, finanzas públicas y tráfico de influencias con Santa Anna

    Corrupción, finanzas públicas y tráfico de influencias con Santa Anna

    Los negocios de la burguesía en el último gobierno de Antonio López de Santa Anna
    Javier Torres Medina

    Una de las imágenes más populares y recurrentes de Antonio López de Santa Anna es la que dejó de su último gobierno (20 de abril de 1853 al 12 de agosto de 1855): la de un dictador que aumentaba los impuestos de manera indiscriminada y absurda, de autoritario, “vendepatrias” y traidor. Hay que agregar otras facetas del personaje que merecen atención: la del gobernante que hizo negocios desde el poder y que otorgó concesiones, permisos y licencias a discreción. Que ligó las finanzas públicas al tráfico de influencias para favorecer a militares, políticos y empresarios-agiotistas que le allegaban recursos a través de préstamos. El espacio de negociación que abrió el Ejecutivo con los dueños del dinero permitió la corrupción.