Sam Cooke, pionero del soul y del Poder Negro

(Segunda parte)

Marco A. Villa

Los éxitos musicales continuaron y Sam, también compositor, refrendaba su lucha con canciones como Chaing Gang, The Gang’s All Here (cantada a dúo con Mohammad Ali) y principalmente A Change Is Gonna Come, una pieza que se conoció tras su muerte por homicidio, acaecida en diciembre de 1964 en el Hacienda Motel Night de California.

 

El alarido de la afición tras la victoria de Cassius Clay sobre el campeón de peso pesado Sonny Liston, marcaba el inicio de una nueva etapa en la vida del joven pugilista, aunque también en la lucha por los derechos civiles de los afroamericanos en EUA. Y es que tras la declaración del triunfo, el empresario y cantante Sam Cooke subió al ring atendiendo el llamado de Clay, quien lo presentó como “el más grande”. A pocos metros de ahí, el popular jugador de la NFL Jim Brown comentaba la victoria para la radio, y Malcolm X, amigo de Clay y quizá de los pocos que predijeron su triunfo, se mantenía expectante.

Tras dejar la arena pugilística de Miami aquella noche del 25 de febrero de 1964, los cuatro personajes se reunieron en la habitación que el ministro de la Nación Islámica Malcolm X rentaba en el Hampton House Motel & Villas de Florida, donde intercambiaron ideas en torno a la defensa de los derechos civiles de los afroamericanos. Era el inicio del Black Power que hasta hoy prevalece.

Sam Cooke tenía entonces 33 años y una carrera musical de más de una década. Su peculiar vos que alcanzaba notas altas y después bajaba con un espectacular vibrato era ya conocido más allá de su nación, como él tanto quiso. Sus éxitos como solista comenzaron aquel 1953, cuando grabó Lawdy, miss Clawdy junto a Lloyd Price, vendiendo más de un millón de copias. Llegaron después las canciones de rhythm and blues y pop Send a Message, Lovable, Having a Party, entre muchas más.

Pese a ello, seguía preguntándose “¿por qué nosotros no?”, uno de los lemas del movimiento de denuncia afroamericano de la época, luego de que en más de una ocasión fuera víctima de amenazas de sabotaje a sus conciertos por negarse a cantar ante públicos separados, como ocurrió cuando el Ku Kux Klan advirtió que volaría el estudio en Atlanta donde el presentador Dick Clark recibiría a Cooke. Y en mayo de 1961, el Memphis Civic Auditorium se quedó con las ganas de escucharlo luego de que Sam se negara a presentarse ante un público segregado.

Si bien ya habían quedado lejos los años en los que Sam solía presentarse en el circuito Chitltin –llamado así porque olía mal, como los chinchulines– que se formaba en el sur de EUA cuando los últimos tiempos del vodevil y los primeros años del rocanrol estilo rhythm and blues, la segregación seguía afectando su desarrollo artístico entrados los sesenta. Incluso, Sam tenía que seguir midiendo dónde alojarse o comer y ante quiénes tocar, lo cual le provocaba una profunda inconformidad.

Así, terminó abocándose a la lucha de los afroamericanos desde su trinchera y con la creación del sello SAR Records, desde donde decidió impulsar a los artistas de su comunidad. Sabía de su influencia fuera de los escenarios y también que representaba la libertad del hombre negro, pues había logrado alterar la percepción sobre este; además, su forma de insertarse en el mundo, desde la empresa, el arte y la creatividad, fue una posibilidad para muchos.

 

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Sam Cooke, pionero del soul y del Poder Negro. Segunda parte.