Ricardo Flores Magón, Regeneración y El Hijo del Ahuizote

Jacinto Barrera Bassols

Tras la prohibición de Regeneración y otra persecución, Ricardo Flores Magón se une a las filas de El Hijo del Ahuizote, en cuyas oficinas el 5 de febrero de 1903 cuelga una manta con la frase “la Constitución ha muerto”. El medio fue acosado por el gobierno hasta su cierre. Separado de su hermano Jesús, Ricardo continuó al lado del menor de los Flores Magón, Enrique, incitando la revolución contra el gobierno de Porfirio Díaz a través de diferentes publicaciones.

 

El 5 de febrero de 1901, Ricardo Flores Magón participó en el primer Congreso Liberal convocado por los liberales potosinos, vinculándose así a la organización política en ciernes de la que llegó a ser el dirigente indiscutible: el Partido Liberal Mexicano. En el congreso expresó su mítica frase: “la administración de Porfirio Díaz es una madriguera de bandidos”. De regreso a la ciudad de México fundó, junto con su hermano Jesús, Diódoro Batalla, algunos miembros del Grupo Constitucional Reformista, del desastrado Congreso Estudiantil, y un pequeño grupo de simpatizantes del general Bernardo Reyes, la efimera Asociación Liberal Reformista. La represión al movimiento liberal lo alcanzó el 21 de mayo, cuando fue encarcelado junto con su hermano Jesús. El 7 de octubre, Regeneración publicó el que sería su último número en México.

Tras su salida de la cárcel, el 30 de abril de 1902, Flores Magón se incorporó a la redacción de El Hijo del Ahuizote y buscó reorganizar, junto con el grupo de San Luis Potosí (Juan Sarabia, Librado Rivera y Camilo Arriaga), la Confederación de Clubes Liberales de la República. El 5 de febrero de 1903, de las oficinas del periódico se descolgó una manta con la leyenda “La Constitución ha muerto”. En la fotografia del momento aparece Ricardo Flores Magón. El 16 de abril, las oficinas del semanario fueron intervenidas y sus redactores, entre ellos Ricardo, volvieron a prisión. Liberado en octubre de 1903, sin posibilidad de continuar su trabajo propagandístico y organizativo en México, junto con un puñado de liberales emprendió el camino al exilio, radicándose inicialmente en Laredo, Texas.

Tanto la penuria en que se encontraba el grupo como el acoso a que estaban sujetos por parte de los agentes del gobierno mexicano, los condujo a la ciudad de San Antonio, Texas. En ella reaparece la segunda época de Regeneración (5 de noviembre de 1904-10 de octubre de 1905), con él como director. Al mes siguiente, un agente de Porfirio Díaz montó una provocación en su contra, por lo que se trasladó a Saint Louis, Missouri, con los redactores del periódico, mismo que reaparece ahí el 11 de marzo, hasta su clausura momentánea en agosto de ese mismo año, a causa de una denuncia interpuesta por un testaferro de Porfirio Díaz. Desde esa ciudad dirigió la formación de la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano (28 de septiembre de 1905) y afinó el proyecto insurreccional que se sustentó en el Programa del Partido Liberal (1 de julio de 1906), el cual firmó como presidente de la Junta; de febrero a agosto de 1906, publicó la tercera época de Regeneración, en la que se refleja ya la preeminencia de su pensamiento político dentro de la organización liberal. En esa misma ciudad entró en contacto directo con el movimiento anarquista internacional a través del catalán Francisco Basora. Junto con su hermano Enrique, abandonó el acoso por parte de las autoridades de ambos países y se dirigió, primero, a Canadá (marzo-agosto de 1906) y luego a El Paso, Texas, para participar en la intentona por tomar la vecina Ciudad Juárez, Chihuahua, e incorporarse a la insurrección liberal que comenzó con la toma de Jiménez, Coahuila, el 26 de septiembre. La acción fracasa, pero logró escapar de sus perseguidores. “Volví a escapar y ríase usted, tanta escapatoria me está valiendo la fama de astuto”. Se dirigió a Los Ángeles, California (octubre de 1906), después a San Francisco (enero de 1907), y a Sacramento (marzo), para regresar y establecerse definitivamente en la primera ciudad (abril), donde encontró refugio y apoyo en la población trabajadora de origen mexicano, así como a su compañera de por vida, Margarita Brousse.

Poco a poco, el resto de la directiva del PLM llegó a Los Ángeles. Junto con ellos, a través de una pequeña publicación semanal, Revolución (junio de 1907 a marzo de 1908), y de la intensa actividad epistolar que lo caracterizaba, perseveró en su esfuerzo por darle continuidad al intento insurreccional al que había convocado y comprometido a unos 70 grupos liberales en México y en los estados fronterizos de Arizona y Texas.

 

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Jacinto Barrera Bassols. Licenciado en Historia por la UNAM y doctor en Antropología por la ENAH. Ha destacado como investigador del INAH y de otras instituciones como el Centro de Estudios de la Revolución Mexicana “Lázaro Cárdenas”. Es autor de El Bardo y el bandolero. La persecución de Santanón por Díaz Mirón, Pesquisa sobre un estandarte. Historia de una pieza de museo y El caso Villavicencio. Violencia y poder en el Porfiriato. Asimismo, ha recopilado y anotado la obra completa de Ricardo Flores Magón en 19 tomos (hasta ahora).

 

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