Ricardo Flores Magón contra el régimen carrancista

Jacinto Barrera Bassols

Durante varios años, el gobierno de Estados Unidos participó junto al de México encarcelando y violentando a Ricardo Flores Magón, quien en múltiples ocasiones permaneció recluido en cárceles en ambos países. La última de ellas, iniciada en 1919, terminaría con su muerte en 1922.

 

Arrestado junto con Librado Rivera y Antonio I. Villarrral, en un operativo orquestado personalmente por el canciller mexicano Enrique Creel, fue juzgado y condenado por “violación a las leyes de neutralidad”, a tres años de prisión, mismos que purgó en cárceles de Arizona. Durante su estancia en la prisión, radicalizó sus posturas ideológico-políticas y encontró en Práxedis G. Guerrero a su más cercano colaborador y promotor de la segunda intentona insurreccional liberal, cuya primera acción tuvo lugar en Viesca, Coahuila, el 24 de junio de 1908. Arropado por las organizaciones políticas y laborales de la izquierda norteamericana, regresóa Los Ángeles el 3 de agosto de 1910, en momentos en que Francisco I. Madero, antiguo simpatizante del PLM hacia 1905, promovía un levantamiento armado en busca del derrocamiento de Porfirio Díaz.

De nueva cuenta reasume sus tareas propagandísticas y organizativas frente a la siguiente e inminente oleada insurreccional. Reemprendió la publicación de Regeneración, esta vez en su cuarta y última época (3 de septiembre de 1910-10 de marzo de 1918), en el que de inmediato sintetiza los objetivos estratégicos de la revolución que se avecina en la consigna “Tierra y Libertad” (1 de octubre), y brinda apoyo estratégico y logístico a los grupos de liberales dispuestos a levantarse en armas, a quienes sugiere una alianza táctica militar con el maderismo.

La afetación de los intereses de las oligarquías norteamericanas y mexicanas, en especial en los estados fronterizos de Baja California, Chihuahua y Tamaulipas, por parte de los grupos liberales insurrectos durante la primera fase de la Revolución, lo somete a un nuevo acoso policiaco y judicial del que se defiende gracias a la solidaridad internacional, hasta que su ruptura definitiva con la fracción maderista triunfante inclina la balanza. Juzgado y condenado de nueva cuenta por la “violación a las leyes de neutralidad”, esta vez en compañía de su hermano Enrique y Librado Rivera, fue enviado a la penitenciaría de Mc Neil Island, Washington, donde permaneció hasta el 19 de marzo de 1914.

Persuadido de que la Revolución en México formaba parte de un proceso revolucionario de carácter mundial –como lo expresa en el Manifiesto de la Junta Organizadora del PLM del 23 de septiembre de 1911–, que tiene por sujeto a los pueblos, las comunidades, las fábricas, las villas y ciudades en busca de su autoorganización y autogestión, Flores Magón reivindica y promueve el apoyo a diversos movimientos revolucionarios en México, en especial al zapatismo y a los grupos indígenas que, como el yaqui, luchaban por la vía armada por su territorio y su autogestión. Esta postura le enajena la simpatía de importantes grupos anarquistas tanto de Europa como de Estados Unidos.

En condiciones de mayor pobreza y aislamiento continuó la publicación de su semanario, donde junto a la crónica del proceso revolucionario en México, publica ensayos y cuentos. En junio de 1915, se trasladó a un pequeño predio agrícola en el poblado de Edendale, donde junto con algunos simpatizantes intentó sobrevivir, al tiempo en que incursionaba en la escritura de obras de teatro en las que retrata su visión de la Revolución en México y que los miembros de la pequeña comuna ponen en escena (Tierra y libertad y Víctimas y verdugos).

Sus escritos contra el régimen carrancista lo conducen, otra vez junto a su hermano Enrique, a un nuevo arresto, el 18 de febrero de 1916, esta vez acusado del “envío postal de material incendiario que incita al asesinato y a la traición”. Con la salud quebrantada, y ya distanciado de su hermano, firmó con Librado Rivera, el 16 de marzo de 1918, el que será el último manifiesto publicado en el entonces disminuido Regeneración (“A los anarquistas del mundo y a trabajadores en general”); en el que propone darle una salida revolucionaria a la crisis mundial que desembocó en la Gran Guerra. Aún a la espera del resultado de su apelación a la condena que le fue impuesta el 21 de mayo de 1916 y libre bajo caución, fue arrestado, junto con Rivera, el 21 de marzo de 1918. Enjuiciados por la violación del “Acta de Espionaje” y condenados (15 de agosto) a 20 y 15 años de prisión, respectivamente, fueron enviados a la penitenciaría, ya conocida por ambos, de Mc Neil Island. Su precaria salud lo llevó a solicitar su traslado a la prisión de Leavenworth, Kansas. En ese recinto, donde compartió el encierro con miembros de organizaciones sindicales y políticas opuestas a la participación de Estados Unidos en la Primera Guerra Mundial, perrnaneció sus últimos años de vida (3 de noviembre de 1919 a 21 de noviembre de 1922), sometido a medidas restrictivas y control de su correspondencia. Para sus compañeos de prisión, su muerte fue un asesinato.

 

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Jacinto Barrera Bassols. Licenciado en Historia por la UNAM y doctor en Antropología por la ENAH. Ha destacado como investigador del INAH y de otras instituciones como el Centro de Estudios de la Revolución Mexicana “Lázaro Cárdenas”. Es autor de El Bardo y el bandolero. La persecución de Santanón por Díaz Mirón, Pesquisa sobre un estandarte. Historia de una pieza de museo y El caso Villavicencio. Violencia y poder en el Porfiriato. Asimismo, ha recopilado y anotado la obra completa de Ricardo Flores Magón en 19 tomos (hasta ahora).

 

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