¿Por qué Manuel Pastrana es un mexicano ilustre?

Gerardo Díaz

Este afamado pintor nació en el municipio de Villanueva, Zacatecas, en 1860. Su infancia transcurrió en esta población hasta que la muerte de su padre orilló a la familia a trasladarse a la capital del país. La fortuna y el talento permitieron que Pastrana ingresara en 1873 en la prestigiosa Academia de San Carlos, donde desarrolló sus habilidades para el dibujo y conoció varias técnicas de pintura con el apoyo de maestros de la talla de José María Velasco.

 

Quiso el destino que el gobierno de Zacatecas solicitara en 1886 un profesor de pintura y dibujo para la Escuela Normal de Señoritas. Añorando su terruño, el joven Manuel aprovechó la oportunidad y solicitó la plaza. Dada su brillantez, pronto fue reconocido por la sociedad zacatecana y se le invitó a impartir más cátedras y otros trabajos relativos a la conservación del arte. También fue una época fructífera para él en cuanto a la realización de retratos para particulares, un hecho que don Manuel siempre reconoció con orgullo. Además, se llamó a sí mismo “pintor y artista”; lo primero porque había que ganarse el pan y lo segundo porque amaba los momentos de plasmar su imaginación en el lienzo.

 

Cuando el Porfiriato llegó a su fin y otra generación de políticos tomó las riendas del país, el maestro Pastrana era ya un símbolo zacatecano que no podía ser asociado únicamente al largo régimen del general Porfirio Díaz. Fue entonces que en 1917 Venustiano Carranza lo nombró director del Museo de Antigüedades del Ex Convento de Guadalupe, en Zacatecas.

 

Tras su muerte acaecida en 1938, su obra de retratos, paisajes y pasajes de la vida cotidiana plasmados en óleos, acuarelas y dibujos pareció menos importante que su labor como director del importante museo, pero a finales de ese siglo la sociedad zacatecana emprendió una revaloración del legado de su hijo pródigo y comenzó la adquisición de su arte de manos particulares, para exhibirlo en el ahora llamado Museo Regional de Guadalupe, el más importante patrimonio artístico del estado.

 

Cabe decir que allí hay una sala permanente de su obra, pero, todavía, ninguna calle en su entidad natal que honre su memoria.

 

 

La nota breve titulada "Manuel Pastrana" del autor Gerardo Díaz se publicó íntegramente en Relatos e Historias en México número 107