Louis Prima. Felicidad que se siente por los oídos

Ismael Villafranco

 

Con el fin de la Guerra Civil estadounidense (1861-1865) se disolvieron muchas bandas militares, lo que propició la oferta a muy bajo costo de los instrumentos musicales que las integraban. Esta situación la aprovechó la sociedad afroamericana para hacerse de artefactos que incorporarían a sus cantos tradicionales. Así, en el sureste de Estados Unidos comenzó un cambio radical en la música que influiría en el mundo entero.

 

Louis Leo Prima tuvo la suerte de nacer en Nueva Orleans en 1910, justo en el mismo lugar y tiempo en que lo hacía el jazz. Su acercamiento al mundo de la música fue como estudiante de violín, ya que su madre motivó a todos sus hijos a tocar algún instrumento. Louis se decidió por la trompeta, ya que además de ser más económico que un violín, era lo que se hacía escuchar en su barrio, en locales nocturnos donde artistas como Louis Armstrong o Joe King Oliver transformaban sus sonidos en algo orgánico, en algo que iba cobrando vida durante su ejecución.

 

Sin duda, fue una experiencia que implicó un enorme desafío, aunque tenía la ventaja de que su hermano mayor Leon era trompetista y contaba con su propio instrumento, por lo que cuando este no la ocupaba, el aún niño Louis aprovechaba para aprender a tocar.

 

Su desarrollo musical lo hizo pasar por varias bandas y estilos, haciéndole ganar décadas de experiencia y conformar una expresividad personal única. A pesar de tener varias grabaciones, hasta 1951 firmó con la compañía discográfica Columbia y se le permitió grabar el LP Breaking it up!, que vio la luz siete años después. La madurez que representó el disco era notable, además de que junto a Keely Smith –una artista de gran calidad vocal que contaba con una destacada presencia escénica para estar a la altura del trompetista– logró una mancuerna maravillosa que inmediatamente se sentía.

 

Louis hizo de su instrumento una extensión corporal con la que podía expresar tanta emoción como con la voz misma. Su calidad compositiva e interpretativa nunca estuvieron en duda durante toda su carrera. No es casualidad que los estudios Disney se interesaran en su trabajo para darle voz y espíritu al orangután Rey Louie de El libro de la selva (1967), un filme animado que en su versión en español contó con el dueto del comediante e imitador Flavio Ramírez y Tin Tan. El magnífico trabajo de estos personajes estuvo a la altura de la versión estadounidense, ya que no era nada sencillo transmitir tanta felicidad como lo lograba Prima.

 

En 1955 Louis firmó con la compañía de discos Capitol y un año después salió The Wildest!, un disco bastante inteligente en el que es notable la calidad de su grabación, la forma en que te lleva y trae durante toda su duración y la perfeccionada mancuerna con su ya para entonces esposa Keely. La mejor forma de escuchar esta maravillosa producción es tomarla como un profundo respiro que invade de felicidad, algo para escuchar en el transporte público, en un viaje largo en carretera o incluso para pasar el amargo trago de los saturados tránsitos de Ciudad de México. Es un disco que tiene la peculiaridad de ponernos de buen humor.

 

 

El artículo breve "Louis Prima" del autor Ismael Villafranco se publicó en Relatos e Historias en México número 126. Cómprala aquí