En México, comenzó su expansión tras la etapa revolucionaria, cuando la Secretaría de Agricultura y Fomento incentivó el máximo aprovechamiento de los recursos aparentemente olvidados del país. Así, con la Ley de Pesca de 1925 se regularían las vedas y formalizarían los protocolos de explotación de los recursos marinos y, con ello, la pesca deportiva.
La pesca deportiva es recreación y esparcimiento. Demanda la destreza de sus practicantes y el equipo utilizado está desarrollado para objetivos individuales cuyo tamaño será el que defina al vencedor.
En México, comenzó su expansión tras la etapa revolucionaria, cuando la Secretaría de Agricultura y Fomento incentivó el máximo aprovechamiento de los recursos aparentemente olvidados del país. Así, con la Ley de Pesca de 1925 se regularían las vedas y formalizarían los protocolos de explotación de los recursos marinos y, con ello, la pesca deportiva.
Un fenómeno que creció a la par fue el turismo. Al tiempo que el país ofrecía a los viajeros sus paradisiacas playas, el marlín, pez vela, sábalo, dorado, wahoo y atún, entre otros, se convirtieron en un factor que atrajo a pescadores aficionados de todo el mundo.
Asociaciones civiles coordinadas con el gobierno desarrollaron competencias como el Torneo Internacional de Pesca del Sábalo, en Tampico, con más de setenta ediciones realizadas hasta el momento, o la Temporada Internacional de Pesca Deportiva Cozumel, que concede grandes premios económicos.
También floreció la industria y mercado de las cañas, que hoy ya abandonó la naturaleza de su nombre, pues suelen ser creadas con diversos materiales sintéticos y adaptadas al gusto del pescador, quien solicita un peso y resistencia determinados, entre otros aspectos que favorezcan su capacidad para arrojar el anzuelo lo más lejos posible, evitando estropear el encuentro “espontáneo” con el pez.
También el hilo tradicional se ha dejado a un lado y ahora hay una gran variedad en color, resistencia, tipo de anzuelo o carnada, de acuerdo con el pez que se quiere capturar. Aunque muchos indican que influye más la suerte y el hambre de la presa. Aunque se podría ver a la pesca deportiva como enemiga del medio ambiente, muchos de sus practicantes suelen observar, apreciar y conservar la naturaleza como pocos. En algunos casos, la exigencia de la competencia es soltar a la presa una vez que se ha registrado la captura o pasado por la báscula. Todo sea por poder regresar cada año a practicar esta pasión.
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