Derivado del conflicto electoral por la sucesión presidencial, la cúpula del ejército mexicano desconoce al presidente constitucional Venustiano Carranza, quien parte hacia Veracruz ante la entrada de tropas a la capital del país. Allá espera reorganizar sus fuerzas y lealtades, a sabiendas de que el ejército prefiere al general Álvaro Obregón para ocupar el poder Ejecutivo.

Tras diversos choques armados, Carranza deja el tren en Tlaxcala y se interna a caballo en terreno desconocido por la sierra de Puebla, donde caerá asesinado a tiros por tropas del general Rodolfo Herrero. Adolfo de la Huerta ocupará provisionalmente la presidencia y, en diciembre de ese año, Obregón asumirá la primera magistratura, luego de unas rápidas elecciones extraordinaras.

Aunque después de este hecho hubo otras intentonas militares para hacerse del poder, todas fueron derrotadas, en buena parte gracias a la consolidación institucional del ejército mexicano.

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