El 6 de enero de 1979, Fernando Bustos se dio uno de los mejores regalos de Día de Reyes para un futbolista, irrepetible hasta nuestros días, cuando en un partido de liga lideró a su equipo con una anotación y una asistencia para aplastar al Guadalajara con un contundente 4-1; aunque la gran anécdota fue la ovacionada vuelta olímpica que el delantero dio en el segundo tiempo, pues además ese fue su último partido como profesional tras quince años de carrera y catorce como cruzazulino.
Con La Máquina, Fernando se consagró indiscutiblemente como leyenda al ganar el campeonato del torneo 1968-1969, ser pieza clave en el tricampeonato 1971-1972, 1972-1973 y 1973-1974, levantar un trofeo de Copa, dos Campeón de Campeones y tres de Concacaf. Como colofón de una gran trayectoria, aportó a la historia del equipo nada más que 84 goles. ¡Eran los mejores años azules!
El único torneo que no jugó para los cementeros fue el de 1976-1977, ya que esa temporada alineó para el Atlético Español, un equipo con el que no encajaría a pesar de su ya demostrada calidad. Así que al siguiente año volvió a la escuadra de sus amores para jugar varios partidos más hasta que oficializó su retiro, pues a sus 35 años de vida, con una carrera consagrada y lesiones cada vez más frecuentes, consideró dedicar más tiempo a su familia.
El habilidoso delantero nacido en la Ciudad de México el 1 de agosto de 1944 disfrutó entonces los días tras colgar los botines, ya que, por ejemplo, se le veía constantemente de paseo por la capital en compañía de sus seres queridos. Pero el siguiente septiembre, a escasos ocho meses de haber dejado las canchas, ocurrió la tragedia: en la carretera México-Querétaro, a la altura de Tepeji del Río, Bustos perdió el control de su vehículo en un accidente que involucró a otros autos. Resultó gravemente herido; los servicios médicos que llegaron intentaron salvar su vida, pero ya era demasiado tarde.
A su funeral asistieron más de seis mil aficionados y muchos de los futbolistas más importantes del momento, demostrando así su cariño y respeto para el que hacía apenas unos meses era un ídolo y temible rival sobre el rectángulo verde.
El artículo "El doble adiós a Fernando Bustos" del autor Gerardo Díaz se publicó íntegramente en Relatos e Historias en México número 103.