Esa mañana, a Daniel Bautista Rocha, nacido en 1952, le alcanzó su ritmo vertiginoso para colgarse el oro y romper la marca olímpica de la prueba de caminata de 20 km. Para el equipo mexicano y su legendario entrenador polaco Jerzy Haussleber, e incluso para la prensa internacional, era una gran hazaña.

Durante la competencia, los aguerridos alemanes con quienes Daniel mantuvo la punta del pelotón tuvieron que resignarse a verlo alejarse pasado el kilómetro diecisiete. Con esa aplastante victoria, se convirtió en el primero en subirse a lo más alto del pódium olímpico en la historia del atletismo mexicano.

Nacido en 1952 en San Luis Potosí, vivió su infancia en Monterrey y desde pequeño mostró interés y cualidades para el atletismo. Su hermano Lucio corría los cinco mil y diez mil metros en el equipo de una constructora, mientras Daniel se desplazaba con él para cumplir tareas de utilero. Con el tiempo, dejaría de ser corredor para convertirse en marchista, disciplina que combinaría con su trabajo de agente de tránsito en la capital de Nuevo León.

En los setenta llegaron triunfos consecutivos, pese a que al inicio de su camino a los Juegos Olímpicos estuvo a punto de retirarse, luego de que un traumatólogo le recomendara dejar la marcha debido a una fuerte lesión que padecía. “Esto no es para mí”, notificó Daniel a Haussleber, quien le conminó a seguir. Ya recuperado, en 1974 gana el Campeonato Nacional de Marcha de 35 kilómetros, a once segundos del récord mundial, ¡y desde entonces no perdió una sola prueba! Triunfos panamericanos, nacionales y mundiales engrosaban su palmarés.

Gerardo Díaz. Historiador.

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