Hay en la historia personajes cuyo corazón no les cabe en el cuerpo. Seguramente Mina es uno de ellos. Convencido de la necesidad de luchar contra la opresión, puso en prenda su vida para combatir la injusticia en cualquier parte del estrecho mundo donde se cometiera. Por ello vino a la Nueva España; por ello se empeñó denodadamente en conformar una fuerza que se opusiera a la Colonia y su régimen autoritario; por ello, también, dio su sangre en la flor de la vida. Que los novohispanos contaran a sus hijos que también hubo españoles “amigos de la libertad, que sacrificaron su reposo y su vida por vuestro bien”. Deseo amoroso, y nuestra patria lo recuerda como uno de sus mejores hijos.

El joven Xavier Mina, célebre entre los primeros guerrilleros españoles que enfrentaron a Napoleón Bonaparte y su invasión de la península ibérica, viajó desde Europa a América con la intención de combatir al gobierno absolutista de Fernando VII y luchar por la libertad del reino de Nueva España. El 11 de noviembre pasado se cumplieron 191 años de su fusilamiento cerca de Silao, intendencia de Guanajuato.

Esta publicación es un fragmento del artículo “Xavier Mina” del autor Gustavo Pérez Rodríguez y se publicó íntegramente en la edición de Relatos e Historias en México, núm. 6.

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