El origen de esta ciudad está vinculado al desarrollo de una industria que satisfacía los placeres que los pobladores del vecino del norte no podían conseguir en su país durante la época de la prohibición. Así, la búsqueda de alcohol y divertimento impulsó el progreso económico de la región y la cervecería Mexicali fue uno de los principales representantes de ese auge en la primera mitad del siglo XX.
Una empresa perduró por más de cincuenta años en la preferencia de los amantes de la bebida de cebada: la Cervecería de Mexicali. Debido a su exquisito y fino sabor, la cerveza Mexicali fue galardonada en múltiples ocasiones alrededor del mundo.
Baja California no era ajena al arte de la producción de cerveza. El primer antecedente data de 1889, cuando Howald Mauer elaboró cerveza artesanal; 24 años después fundaría la Cervecería de Ensenada.
El cenit de la industria ocurriría al establecerse la Cervecería Azteca (Aztec Brewery Company, proveniente de San Diego en 1921) en tierras mexicalenses. Casi de inmediato, el 4 de julio de 1923 los señores Miguel González Quiroz y Heraclio Ochoa, oriundos de los estados de Sonora y Jalisco respectivamente, fundaron la cervecería de Mexicali S. A. de C. V. “con un capital de 150 000 pesos”, iniciando operaciones el 15 de septiembre. Fue la competencia directa de la estadunidense, hasta que fue adquirida dos años después; al hacerlo ocuparon sus instalaciones ubicadas en la esquina de las actuales calles E y Zaragoza.
La cervecera logró superar a su competencia debido al exquisito sabor, frescura y calidad de su cerveza de tipo pilsener lager, ligeramente burbujeante y con aroma suave al olfato, resultado de la labor de Adolfo Bindher, químico y maestro cervecero de origen alemán, quien utilizó las antiguas recetas germanas. Además, los ingredientes utilizados eran de la mejor calidad y provenían de diferentes partes del orbe. Al morir, su hijo tomó su puesto continuando con los estrictos estándares de calidad que le daban ese sabor único e inconfundible.
El trabajo realizado por los Bindher logró que la compañía controlara hasta 90 por ciento del mercado de la región. Al iniciar sus operaciones, la Cervecería Mexicali tenía una producción de 48 barriles diarios y treinta años después alcanzó seis mil, su máxima capacidad, lo que dio como resultado una rápida expansión de sus instalaciones. En 1928 se construyeron las oficinas administrativas, en 1940 la maltera y en 1947 las bodegas, el patio y un tanque de almacenamiento de mayor capacidad.
A finales de la década de 1950 no había nubarrones para la Mexicali, pero todo cambió al llegar a la región la Cervecería Cuauhtémoc, consorcio de Monterrey. Los regiomontanos se dedicaron a desaparecer a la competencia. Ante tal escenario, le era imposible a la cervecera de Mexicali seguir operando. Los seis mil barriles producidos diariamente no tenían comparación con los casi treinta mil de los regios. La empresa no tuvo otra opción que cerrar sus puertas el 23 de octubre de 1973. Para explicar lo sucedido, existen dos posibles razones: la competencia desmedida y la mala administración del dueño de la empresa, Víctor González, quien radicaba la mayor parte del año en París.
Esta publicación es un fragmento del artículo “La fundación de Mexicali” del autor Javier Bonilla Vázquez y se publicó íntegramente en la edición de Relatos e Historias en México, núm. 47.
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