En 2004 unas elecciones fraudulentas llevaron al candidato prorruso Víktor Yanukovich a la presidencia de Ucrania, pero los ciudadanos salieron pacíficamente a las calles para protestar. La llamada Revolución Naranja triunfaba y las elecciones fueron anuladas.
En 2010 Yanukovich nuevamente contendía, solo que esta vez sí tomó el control del país tras la ratificación de su triunfo en la contienda electoral. Después, en el otoño de 2013, el mandatario declaró que Ucrania estaba lista para firmar un tratado de libre comercio con la Unión Europea (UE), aunque fue señalado de que en secreto negociaba para alinearse con Rusia. Los ciudadanos anhelaban lo primero, pero sus autoridades tenían en realidad otros planes. Finalmente, el primer ministro Azarov anunció que no se celebraría tal acuerdo y la desazón se esparció entre la población.
Entonces, miles de ciudadanos se mostraron enfurecidos ante esta situación que acababa de tajo con más y mejores alternativas sobre su futuro a la vez que los alejaba del final de la crisis económica y política de los años previos, agravada porque el Partido de las Regiones, la fuerza en el poder, había entregado ínfimos resultados en ambos rubros. Fue entonces que Facebook sirvió como el medio por el cual Mustafá convocó al pueblo ucraniano a participar en la protesta. Maidán (plaza de la independencia, en la capital Kiev) sería el lugar en el que se reunirían la noche del 21 de noviembre de 2013. De a poco, se fueron sumando miles a los trescientos que inicialmente llegaron.
Lo inimaginable estaba quizá por venir, pues ese día sería apenas el primero de 93 ininterrumpidos en los que estudiantes, obreros, adultos mayores, profesionistas y demás ciudadanos ucranianos pasaron de la protesta pacífica a la confrontación directa, y algunos más se enfrascaron en una lucha armada que dejó cientos de muertos y heridos. Para los europeístas, al principio solo era la exigencia de la firma del acuerdo con la UE, pero al paso de las jornadas de protesta y las violentas agresiones de parte de las varias fuerzas del Estado se convirtió en un movimiento por los derechos civiles conocido después como la Revolución de la Dignidad. En el transcurso, emergieron diversas fuerzas incluso beligerantes; algunas, por ejemplo, aprovecharon para azuzar la memoria soviética; otras, el nacionalismo ucraniano permeado de simbolismos étnicos y religiosos.
Dirigido por Evgeny Afineevsky, el documental Invierno en llamas: la lucha de Ucrania por la libertad documenta a profundidad los hechos antes narrados –de la propia voz de sus protagonistas–, los cuales son apenas una pieza de un complejo rompecabezas cuyos episodios bélicos comenzaron hace algunos años, pero que en sus orígenes nos remiten a la integración de Ucrania a la URSS en 1922, luego de perder su lucha por la independencia en la llamada guerra ucraniano-soviética ocurrida entre 1917 y 1921. Y también en 1917, en el marco de la guerra civil que se extendió por el territorio del recién extinto imperio ruso, inició dentro de los márgenes ucranianos una disputa que se prolongó por más de un lustro, protagonizada por diversas facciones que pretendían hacerse del control del país y establecer su gobierno.
Aunque se trate de un conflicto geográficamente distante, sus efectos son globales. Así, si los energéticos se encarecen, prácticamente pasa lo mismo con una gran variedad de bienes y servicios. Sea México o cualquier otra nación, el efecto multiplicador de un alza en productos como la gasolina o el gas repercute en diversos rubros de su productividad o consumo. Asimismo, sectores como el agrícola, dado que México consume fertilizantes a gran escala, además de que depende de la producción de granos a nivel internacional, y tanto Rusia como Ucrania producen poco más de la quinta parte de la producción total de maíz y trigo del planeta, la cadena de suministro –hasta llegar a los alimentos en la mesa– se verá severamente afectada en la medida en que el conflicto siga escalando.
Los ataques bélicos efectuados por Rusia sobre Ucrania este año importan y afectan sobremanera al mundo y, en lo particular, este documental suma a la comprensión histórica del conflicto y por eso se lo recomendamos aquí.
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Invierno en llamas