La figura de San Jorge asimiló para el cristianismo características de héroes como Belerofonte, Perseo, Beowulf, entre otros, quienes derrotaron bestias místicas con antecedentes culturales muy antiguos. De acuerdo con la tradición, San Jorge se apareció ante los primeros cruzados ayudándolos a combatir por el dominio de la Tierra Santa. Génova y Barcelona lo nombraron su patrono, al igual que en Alemania lo hicieron los emperadores y los caballeros teutónicos.