Desde el siglo XIX, en especial en sus últimas décadas, los italianos representaron una presencia importante entre los extranjeros en México. En un periodo en que su nación vivía entre crisis y guerras, muchos de ellos llegaron a este país atraídos por su avance hacia la modernidad, pero también por las huellas de las enigmáticas y fascinantes civilizaciones antiguas. En aquellos años, Oaxaca ya era una visita obligada para los viajeros que buscaban aventuras, maravillarse con las grandes culturas del pasado y conocer el progreso de la América hispana.