Basada en la telenovela homónima, la primera transmitida en México todavía en blanco y negro (1958), esta cinta reafirmó el éxito de la michoacana Lilia Prado y el valenciano Enrique Rambal, quienes armonizaron notablemente bajo la dirección de Alfredo B. Crevenna, quizá el realizador de nuestro cine con la filmografía más abundante