El trabajo histórico que Juan Orozco y Berra recopiló en su libro Efemérides sísmicas mexicanas abarca tres siglos de este fenómeno: desde 1560 hasta 1827.
Hace doscientos años ambos jefes insurgentes visualizaron el futuro de buena parte de América, a sabiendas de que el derrumbe del despotismo monárquico español sería posible si caía el bastión más fuerte de la Corona: la Nueva España.
Efectivamente, el monumento no es mejor que otros de su género, pero es radicalmente distinto, áureo y cargado de elementos que expresan de manera genial los sueños libertarios y las inquietudes éticas, morales y sentimentales de una época. El monumento es una oda a la utopía occidental, al mesianismo que está en el centro de las grandes transformaciones que construyen de cuando en cuando capítulos gloriosos de la historia.
Mina y sus valientes guerrilleros con su escarapela roja acosaban sin cesar a los franceses, interceptaban sus correos, atacaban como mosquitos a los convoyes y destacamentos enemigos, a veces con solo doce hombres. Por sus hazañas, Xavier fue nombrado comandante de los Cuerpos de Voluntarios de Navarra, y la Junta de Zaragoza le confirió el mando del Alto Aragón.
Xavier Mina llegó a Inglaterra precedido por su fama como valiente guerrillero. Existe un testimonio de su presencia en Londres fechado el 17 de junio de 1815, ya que aquel día Xavier le escribió a sir Robert Stewart, lord Castlereagh, desde su habitación del Prince of Wales’s de Leicester Square, para interceder a favor de dos de sus oficiales llegados a Inglaterra sin pasaporte vigente y arrestados en la aduana.
Doña Leona recibió honores en vida y se le reconoció su labor a favor de la insurgencia, sin embargo, su figura fue borrándose poco a poco de la memoria popular.
Al triunfo de la independencia, la figura de Leona Vicario permaneció en la penumbra de la vida privada, mientra su esposo ocupó varios cargos políticos.
Quintana Roo se enteró de las vejaciones que había sufrido su mujer y envió su rendición y la promesa de dar todo tipo de información, a cambio de que respetaran a Leona.