No se pierdan nuestro playlist con las canciones más representativas de la Revolución mexicana en las voces de Antonio Aguilar, Amparo Ochoa, Los Alegres de Terán, Voces de Durango y As de la Sierra, entre otros.
Se ha vuelto un lugar común decir que el 20 de noviembre de 1910 no pasó nada. Que el llamado de Francisco I. Madero a la insurrección no fue respondido. Sin embargo, hubo enfrentamientos armados en distintas zonas de la República y en Chihuahua se formó un verdadero ejército revolucionario. Por eso Orozco se convirtió en leyenda.
El nombre de Carlos Fortino Sámano, un capitán del Ejército Constitucionalista, ocupó los principales titulares de la prensa del Distrito Federal el 28 de febrero de 1917, al darse a conocer la comisión de un delito que en otras circunstancias no hubiera sido considerado grave, pero que con la reciente legislación penal significó el fin de su carrera militar.
Derivado del conflicto electoral por la sucesión presidencial, la cúpula del ejército mexicano desconoce al presidente constitucional Venustiano Carranza, quien parte hacia Veracruz ante la entrada de tropas a la capital del país. Allá espera reorganizar sus fuerzas y lealtades, a sabiendas de que el ejército prefiere al general Álvaro Obregón para ocupar el poder Ejecutivo.
Debido a su simpatía por Madero, López Velarde se unió a la crítica contra Emiliano Zapata, expresando su deseo de “que los sables del ejército federal caigan sin piedad sobre las hordas” surianas.
El periódico Regeneración nació con el objetivo de señalar las malas prácticas del poder Judicial porfirista. Con el tiempo y la persecución que sufrieron, su postura radical y crítica ante el régimen del general Díaz se fortalecería.
Un espacio difícil de imaginar como museo es un panteón. A unos pasos de la Alameda Central de Ciudad de México se encuentra el panteón de la iglesia de San Fernando. Este sitio alberga a importantes figuras de la historia mexicana.
El 27 de septiembre de 1821, la Plaza de la Constitución de la Ciudad de México vivió algo inusitado bajo el cielo azul que la cobijaba. Una multitud expectante, compuesta por personas de todas las clases sociales, trepidantes de alegría, esperaban la llegada del Ejército Trigarante, comandado por el coronel Agustín de Iturbide.