Era la década de los setenta del siglo pasado y al parecer se había dado una pequeña fiebre por erigir tremendas cabezotas.

Weissmuller habría de recordar también que gracias a la comunidad artística de Hollywood fue que conoció el bello puerto de Acapulco.

En septiembre de 1913 Venustiano Carranza estableció el cuartel general del Ejército Constitucionalista en Hermosillo, que desde entonces fue designada Capital Nacional de la Legalidad. 

No se imaginaron que su estilo conmocionaría al continente y que en México se convertirían en figuras representativas del romanticismo musical de la época.

Este retrato muestra a un Venustiano Carranza que ronda los 58 años, ya en la época en que era presidente constitucional de México. El pintor lo representó serio, robusto y aún firme después de casi cinco años de luchas, primero combatiendo al régimen de Victoriano Huerta y después a los convencionistas, hasta la promulgación de la Carta Magna de 1917. El óleo pertenece a la colección del Museo Nacional de Historia.