Gil, Navarro y Avilés, dos mexicanos y un puertorriqueño que en 1944 unen sus voces y guitarras en Nueva York para cumplir con un contrato discográfico, sin imaginarse que su estilo interpretativo conmocionaría muy pronto a todo el continente y mucho menos que en México se convertirían en las figuras más representativas del romanticismo musical de esa época.
El 28 de mayo de 1942 México declaró la guerra a los países del Eje (Alemania-Italia-Japón) como consecuencia del hundimiento de varios buques petroleros nacionales, supuestamente atacados por submarinos alemanes. Entonces se despertó un sentimiento de mexicanidad que fue expresado a través de la música popular.
A partir de la declaratoria de guerra, el bolero y la canción ranchera comenzaron a estrenar títulos como “A la guerra me llevan”, “Adiós a mi novia”, “El corrido del Potrero del Llano”, “Adiós mi vida”, “Soldado raso”, “Soy puro mexicano”, “Viva México, viva América” –que aún se canta en las escuelas primarias–, “Traigo mi 45”, “Al grito de guerra” y “Mexicana de verdad”, cuyas letras reiteraban el adiós a la madre o la novia, el tomar las armas para defender a la patria y el demostrar que los mexicanos tenían todo de su parte para ganar la batalla. Una frase de “Traigo mi 45” decía: “Quién dijo miedo, muchachos, / si para morir nacimos”. Por cierto, una de las canciones más populares en ese tiempo fue la rumba “El apagón”, de Manuel Esperón y Ernesto Cortázar, que narraba de manera jocosa los apagones deliberados en la Ciudad de México, decretados por el gobierno de Manuel Ávila Camacho como simulacros en caso de un bombardeo de parte de los alemanes.
En medio de este ambiente de guerra nació en la ciudad de Nueva York el trío Los Panchos, justo en mayo de 1944, a instancias de Alfredo “el Güero” Gil y José de Jesús (Chucho) Navarro, quienes habían formado parte del trío Los Caporales, capitaneado por Felipe “El Charro” Gil, hermano de Alfredo. Los Caporales actuaban desde tiempo atrás en la Unión Americana y eran parte destacada del programa radiofónico “Viva América”, transmitido por la poderosa Columbia Broadcasting System (CBS). La señal era enviada a todo el continente americano por onda corta y por las estaciones repetidoras en diversos países, integrando así la llamada “Cadena de las Américas”.
En el momento en que surgieron dificultades con Felipe Gil, Alfredo contrató al cantante puertorriqueño Hernando Avilés, con la finalidad de cumplir un contrato que el grupo tenía en la CBS y continuar con el formato de trío, que desde entonces quedó integrado por Gil, Navarro y Avilés. El nombre de “Panchos” también fue idea del Güero Gil, sin duda impelido por los directivos de la cadena radiofónica, quienes le pidieron crear una imagen “muy mexicana” para proseguir con el proceso de americanización desarrollado por las emisoras estadunidenses.
El repertorio inicial del trío Los Panchos estuvo basado en la canción ranchera mexicana, el huapango y el son huasteco.
Esta publicación es un fragmento del artículo "Los Panchos" de Pablo Dueñas y se publicó íntegramente en la edición de Relatos e Historias en México, núm. 55