El actual Palacio Municipal de Puebla fue terminado en 1906 y se ubica en el predio donde estuviera el ayuntamiento. De esta área parte la nomenclatura de las calles poblanas.
Ante lo confuso de la nomenclatura de las calles de la capital poblana, en 1883 el regidor Guillermo Acho presentó ante el cabildo de la ciudad un proyecto para abolir los nombres de las vías. Propuso un sistema muy apegado al orden y racionalidad en boga en aquella época, el cual partía de una idea bastante simple: dar una numeración a las calles en vez de un nombre. Esta partiría de la avenida Central (hoy Reforma) que dividiría y numeraría a su vez el oriente y poniente, y la calle Central (hoy 16 de Septiembre) que haría lo mismo con el norte y el sur.
Esta idea no se concretó, pero el proyecto no sería olvidado. Tras la Revolución mexicana, resurgió con creces el sentimiento patriótico y los gobiernos emanados tras la lucha armada propusieron nomenclaturas referidas a los considerados héroes de la lucha revolucionaria. De esta manera, Francisco I. Madero, Álvaro Obregón, los hermanos Serdán y nombres de diversas batallas nutrirían las ya confusas sendas poblanas.
Para 1917 se retomó la idea de una numeración racional con base en la propuesta de 1883. El pretexto fue la nueva Constitución promulgada en ese año. Borrón y cuenta nueva: la ciudad se llenó de flamantes placas de hierro esmaltado que enunciaban el nombre de cada calle, así como de una reluciente numeración en todas las puertas y fachadas.
Desde entonces la capital poblana nombra a sus calles de norte-sur y oriente-poniente con numerous pares y nones según corresponda, excepto la 16 de Septiembre-5 de Mayo y avenida Reforma-Don Juan de Palafox y Mendoza, únicas que mantienen títulos significativos para las historias nacional y poblana.
La avenida Reforma es un homenaje al movimiento liberal del siglo XIX; sin embargo, en su origen fue conocida como el camino a Cholula, pues era la vía más usada para trasladarse a dicha población. Durante el Virreinato, con la jerarquía española bien asentada, comenzó a llamarse del Alguacil Mayor, en referencia a las propiedades adquiridas por Gonzalo Díaz de Vargas, conquistador y primer alguacil mayor de la ciudad.
Con el paso de los años adoptó diversos nombres en cada una de sus cuadras: Portal de la Audiencia, Portal de Hidalgo, Camino de Miradores, Camino del Hospicio... Aunque tal vez el más simbólico fue el otorgado por el alcalde Rafael J. García en 1867: Ignacio Zaragoza.
Con este breve anecdotario, puede decirse que en cualquier época las calles siempre serán reconocidas en función de una utilidad práctica para los habitantes de una ciudad.