El Palacio del Arzobispado

Guadalupe Lozada León

A un costado del Zócalo de la ciudad de México se yergue el edificio que fue la sede de esta institución fundada en el siglo XVI.

 

Cuando los humos de la guerra por la conquista de México-Tenochtitlan no parecían haberse extinguido del todo, la Iglesia católica inició su labor espiritual en estas tierras cuyos habitantes poco a poco comenzaban a acostumbrarse al nuevo orden.

La llegada del primer obispo mexicano, fray Juan de Zumárraga, en 1525, apenas cuatro años después de consumada la derrota mexica, trajo consigo una serie de medidas más radicales que las emprendidas hasta entonces por los franciscanos, quienes habían comenzado la labor evangelizadora a petición del conquistador Hernán Cortés, con acciones más caritativas.

Entonces Zumárraga designó, en los espacios que fueran parte del centro ceremonial mexica, el lugar donde sería levantado el edificio del obispado. Tomando como base la cimentación de lo que había sido el templo de Tezcatlipoca, se comenzó en 1530 la construcción de lo que sería su sede definitiva sobre los terrenos que, en una primera repartición hecha por el propio Cortés en su condición de capitán general de la Nueva España, se habían otorgado a un individuo de apellido Medel, según lo afirma don Manuel Rivera Cambas en su célebre obra México pintoresco, artístico y monumental (1888).

Gracias a esta acción de compra o adjudicación temprana, este solar fue, según la tradición, testigo mudo de la prodigiosa aparición de la Virgen de Guadalupe sobre la tilma de Juan Diego ante la mirada de Zumárraga.

Fue necesario que transcurrieran dieciséis años para que, en 1546, el papa Paulo III concediera al obispado de México el rango de arzobispado, calidad con la cual fray Alonso de Montúfar, segundo portador de esa distinguida mitra, concluyera el edificio que hacia 1554 era una realidad que se levantaba en esa ciudad que poco a poco comenzaba a tomar su nueva fisonomía de acuerdo con los cánones traídos del otro lado del Atlántico.

 

Esta publicación es un fragmento del artículo “El Palacio del Arzobispado” del autor Guadalupe Lozada León y se publicó íntegramente en la edición de Relatos e Historias en México, núm. 89.