Nuestras Historias

  • Tabasco repele la invasión de Estados Unidos

    Tabasco repele la invasión de Estados Unidos

    Octubre de 1846
    Gerardo Díaz Flores

    Los años de guerra e invasión estadounidense en México, entre 1846 y 1847, van más allá del fiero avance que realizó su ejército desde la frontera norte o del vigoroso ataque llevado a cabo desde Veracruz hasta la capital mexicana. Si bien esos dos cuerpos del ejército norteamericano terminaron por derrotar a los principales contingentes nacionales armados, también es cierto que la maquinaria de guerra del país vecino desarrolló un plan de ataque casi general que incluyó la toma de California, neutralizar nuestros principales puertos del Pacífico y anular el comercio del golfo de México junto con la posible ayuda que los estados de esa zona pudiesen aportar a la defensa nacional.

  • Reunión entre iguales: Ávila Camacho y Roosevelt

    Reunión entre iguales: Ávila Camacho y Roosevelt

    Monterrey-Corpus Christi, 1943
    Edmundo Derbez García

    El presidente mexicano llegó a un justo y trascendental acuerdo con su homólogo de Estados Unidos en el que fueron contemplados aspectos comerciales, migratorios y de colaboración bélica.

  • ¿Quiénes fueron las cuatro mujeres más hermosas en la Nueva España del siglo XIX?

    ¿Quiénes fueron las cuatro mujeres más hermosas en la Nueva España del siglo XIX?

    La singular belleza de la “Güera Rodríguez” y sus tres hijas
    Texto de Manuel Romero de Terreros, marqués de San Francisco, 1880-1968

    Reinaba en las Españas el católico monarca don Carlos III, y gobernaba en México el célebre Virrey Bucareli, cuando el 20 de noviembre de 1778, nació en esta muy noble y leal ciudad una niña que, andando el tiempo, había de ocupar prominente lugar en la sociedad de la colonia. Era hija de don Antonio Rodríguez de Velasco y Jiménez, del consejo de su Majestad, Regidor perpetuo de la Ciudad de México; y de doña María Ignacia Ossorio Barba y Bello Pereyra, ambos de antiguas y nobles familias. Desde su infancia fue de la más peregrina hermosura, llamando tanto la atención por la profusión de sus cabellos rubios, que pronto fue conocida en toda la capital del Virreinato por la “Güera Rodríguez”.

  • La batalla de Trafalgar

    La batalla de Trafalgar

    El principio del fin del imperio español
    Luis Arturo Salmerón Sanginés

    El combate de Trafalgar está lleno de episodios épicos en los que los marinos de las tres naciones, enfrascados en el terrible combate a corta distancia que plantéo Nelson en su estrategia, dieron grandes muestras de arrojo e incluso valor desesperado. Tal fue el caso del brigadier vasco Cosme Damián Churruca, capitán del San Juan Nepomuceno, de quien se cuenta que, después de que un cañonazo le volara la pierna, metió el muñón en un cubo de harina para poder permanecer en su puesto en pie de lucha, lo cual puede o no ser cierto, además de que tal escena no se reproduce en diversas obras de la batalla. Pero en lo que sí coinciden todos los historiadores es en que los tripulantes del Nepomuceno y su capitán combatieron ferozmente hasta a seis navíos ingleses a la vez y en el barco se negaron a rendirse hasta que el capitán y la mayoría de los oficiales habían caído muertos o heridos.

  • Bésame mucho

    Bésame mucho

    El fuego de la pasión y la música que conquistó a todo el mundo
    Ricardo Lugo Viñas

    Hace más de cien años vino al mundo una mujer que nos dijo, a través de la palabra y la música, cómo se resuelve ese último beso; nos habló del dolor de la separación, de aquella despedida cargada de pasión y del alma envilecida de los enamorados que descubren lo efímero del amor. Su nombre era Consuelo Velázquez, aunque su público prefería referirse a ella con un íntimo y cariñoso “Consuelito”; su canción: Bésame mucho.

  • La Guerra de los Pasteles contra Francia

    La Guerra de los Pasteles contra Francia

    Luis A. Salmerón

    El bloqueo a los puertos mexicanos se mantuvo hasta el 9 de marzo de 1839. Los franceses no intentaron llegar más allá de Veracruz y el gobierno nacional no tenía recursos, barcos, ni hombres suficientes para enfrentarlos, por lo que se vio obligado a negociar.

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