Ya sea en el ámbito político e industrial al impulsar el desarrollo agrario; en el cultural como uno de los fundadores del Fondo de Cultura Económica, o en el financiero al encabezar organismos tan importantes como el Banco de México, el ingeniero Gonzalo Robles es recordado como uno de los más brillantes constructores de un país de instituciones en el siglo XX.
Primeros designios
Gonzalo Robles inició una etapa brillante en la administración pública. Entre otras acciones, participó durante el bienio 1921-1922 en varias comisiones y ponencias del Congreso Agronómico Nacional; cofundó la Sociedad Agronómica Nacional y fue parte del grupo original de redactores del boletín de dicho ente público, al que se denominó Germinal. Asimismo, el presidente Álvaro Obregón lo nombró director general de Agricultura, cargo en el que confeccionó un nuevo plan de estudios para la Escuela Nacional de Agricultura.
De seguido, el presidente Obregón escogió al costarricense para que participase en uno de sus más importantes proyectos institucionales: entre 1923 y 1924, Robles emprendió un largo periplo junto al ingeniero mexicano Juan Ballesteros por distintos países de América y Europa para que ambos se especializasen en temas industriales, ganaderos, agrícolas, productivos, crediticios, cooperativistas y económicos que pudiesen luego ser implementados en México. El viaje abarcó naciones como Cuba, Estados Unidos, Canadá, Inglaterra, Alemania, Letonia, Lituania, Rusia, Finlandia, Suecia, Noruega, Dinamarca, Bélgica, Holanda, Francia, Italia, España, Portugal, Brasil, Uruguay, Argentina y Chile.
En la política agraria
Fue a pocos días de su segunda vuelta a territorio mexicano cuando Gonzalo Robles recibió el designio del recién electo presidente Plutarco E. Calles para que se incorporase a su proyecto “Nueva política económica”; un nombramiento que contó con la anuencia del ya citado ingeniero Pani, así como del secretario de Agricultura y Fomento, Luis L. León Uranga.
Por lo anterior, el primer puesto que Robles desempeñó desde inicios de 1925 fue el de director general de Escuelas Centrales de Cooperación y Crédito Agrícola, adscritas a la Secretaría de Agricultura y Fomento. En ese cargo fundó, en 1926, las Escuelas Centrales Agrícolas, las cuales significaron para el mandatario Calles uno de sus más preciados logros de gobierno, pues las consideró como los entes educacionales básicos del futuro desarrollo económico-agrícola de México. Asimismo, Robles fue uno de los principales impulsores de los llamados bancos agrícolas ejidales, cuyas primeras agencias se establecieron en los estados de Hidalgo, Durango, Michoacán y Guanajuato.
Sus inicios en las finanzas
Para 1928 y bajo la presidencia del licenciado Emilio Portes Gil, fue nombrado gerente del recién conformado Banco Nacional de Crédito Agrícola, cargo que mantuvo hasta 1930, pues durante el mandato del nuevo gobernante mexicano, ingeniero Pascual Ortiz Rubio, Robles ejerció como integrante del comité liquidador del sector bancario dedicado a la emisión de dinero, cuyo fin era la adecuación de las deudas del gobierno con dichas entidades económicas.
En esta época vivió dos acontecimientos de especial relevancia: contrajo matrimonio con la señorita Melania Moreno Solórzano en agosto de 1931 y adquirió la nacionalidad mexicana en 1933, tras veintiséis años de vida en el país.
Para 1933 y con el beneplácito del presidente Abelardo L. Rodríguez, Robles materializó una de sus propuestas más anheladas, ya que, junto a un distinguido grupo de profesionales mexicanos de varias disciplinas, presentó el proyecto de creación del Banco Nacional Hipotecario Urbano y de Obras Públicas (Banhuop), entidad destinada a erigirse en la plataforma de financiamiento de las obras de infraestructura del gobierno mexicano, así como en la fuente primordial de créditos para el sector industrial y empresarial del país. Casi de inmediato fue nombrado gerente de ese banco, al tiempo que fungió como uno de los artífices de la recién creada Asociación Hipotecaria Mexicana.
Fundador del Fondo de Cultura Económica
Junto a las destacadas funciones que Gonzalo Robles realizó en México, hubo una faceta de innegable significancia que tuvo profundas repercusiones en la vida académica, docente y literaria de dicha nación. El origen de este episodio estribó en un ambicioso proyecto de su amigo, el reconocido economista e historiador Daniel Cosío Villegas, quien, desde 1933, fungía como director de la Escuela Nacional de Economía de la UNAM. Cosío ideó la conformación de un sello editorial mexicano que elaborase y tradujese libros de temática económica para que fuesen utilizados por los estudiantes de esa carrera universitaria, pues, junto a la carestía de obras de ese tipo, los pocos escritos y libros que se lograban adquirir estaban plasmados en idiomas distintos al español.
Fue entonces cuando Cosío contactó a Robles, dado su puesto como gerente del Banhuop, para exponerle su proyecto editorial. Después de varios intercambios de pareceres, ambos rubricaron un fideicomiso administrado por dicha entidad bancaria, el cual permitió la creación, el 3 de septiembre de 1934, de la célebre casa editorial Fondo de Cultura Económica (FCE), cuya primera junta directiva contó con Cosío en calidad de presidente, mientras que Robles resultó electo como parte de sus integrantes.
Al hecho anterior se unió la anuencia de Robles para que una oficina del Banhuop se convirtiese en la primera sede del novel ente editorial. Con posterioridad, el FCE amplió la variedad de sus publicaciones para incluir géneros literarios, lo que le permitió convertirse en una de las empresas de su tipo más importantesde México, así como en una de las más destacadas a nivel mundial.
Director del Banco de México
Durante el gobierno del presidente Lázaro Cárdenas, Gonzalo Robles alcanzó el cargo público más importante de su exitosa carrera en territorio mexicano, pues en 1935 fue designado director general del Banco de México. A este hecho le siguió, en 1941, su nombramiento como director del Departamento de Estudios Industriales de esa misma entidad7 y, a partir de 1942, su labor como comisionado propietario de Nacional Financiera, ente bancario para obras de infraestructura e inversiones. En 1952 y como reconocimiento a su afamado derrotero público, recibió el prestigioso Premio Nacional de Economía.
Finalmente, falleció en Ciudad de México en 1980. En 1992 y en justo homenaje a su memoria, se creó la Biblioteca Gonzalo Robles del FCE, por ser él uno de sus principales artífices. Así terminó la vida de un personaje de la gran historia bilateral que ha existido desde antaño entre Costa Rica y México.
Éste sólo es un extracto del artículo "Artífice del México moderno" del autor Tomás Federico Arias Castro, que se publicó íntegramente en Relatos e Historias en México número 110.