Tan cerca de las nubes

La hazaña de la primera selección femenil de futbol en México

 

Marco A. Villa

Fue en los polvorines de la Ciudad de México donde se gestó para decenas de niñas y adolescentes el sueño de iniciarse en el futbol. Para la mayoría, la pasión por este deporte no solo era afición, sino un modo de convivir, jugar y ejercitarse en una época en la que llegaba a resultar una afrenta que cualquier mujer eligiera una práctica predominantemente varonil para desarrollarse y divertirse. Historia conocida es que, en aquel tiempo, buena parte de la sociedad seguía anclada a la idea de que la mujer debía dedicarse solo a las tareas del hogar. Sin embargo, varias persistieron a pesar de las condiciones adversas.

En este escenario nació la liga amateur de futbol femenil en México, desde luego con infinidad de carencias. También emergió la emotiva historia de la primera selección nacional de futbol femenil narrada en el documental Tan cerca de las nubes (2023). Desde que comenzó, el torneo femenil abrazó rápido el reto de expandirse a diversos rincones del país y prosperar; al proyecto se sumaron entrenadores, familias y comunidades.

Además, la liga encontró en Manelich Quintero a un entusiasta promotor y difusor de su causa. Periodista apasionado, Quintero se convirtió en una pieza clave en el nacimiento del futbol femenil en México. Por su parte, las jóvenes poco a poco ganaban terreno y las más destacadas fama y popularidad, como la Peque (María Eugenia Rubio) o la Pelé (Alicia Vargas). Los primeros frutos no tardaron en llegar: desde el Viejo Continente se invitó a las mexicanas a participar en la primera justa mundialista a celebrarse en Italia, en el verano de 1970, junto con otras siete selecciones, aunque al final una declinó. Desde luego hubo voces críticas, y también aquellas del entorno del balompié varonil que opinaron con sorna, señalando que las futbolistas solo irían a hacer el ridículo.

Manelich se encargó de la organización y logística para que las jóvenes pudieran subirse al avión, no sin antes entrenar a marchas forzadas en unos maltrechos campos de tierra al norte de la capital. Para sorpresa de todos, las tricolores se subieron al podio en el tercer puesto, tras perder la semifinal contra Italia. Después, vencieron a Inglaterra en un dramático duelo que finalizó 3 a 2.

Si bien no era un torneo avalado por la FIFA, este campeonato es hasta hoy reconocido como el primero de su clase, y las mexicanas fueron consideradas la “revelación” del torneo, pues a pesar de su inexperiencia y juventud lograron hilvanar un destacado juego de conjunto. Además, Alicia la Pelé Vargas fue distinguida como goleadora del torneo, con cinco tantos.

Las seleccionadas recibieron una espectacular bienvenida al volver de Italia. Incrédulas, atestiguaron cómo la multitud que se había dado cita en la pista del aeropuerto, con todo y lluvia, las recibió con “mariachi, confeti y orquídeas”, como cabeceó la prensa. Para varias de ellas, además, la ilusión de campeonar en un torneo de tal envergadura continuó, pues al año siguiente México fue la sede, pero, ahora sí, avanzaron hasta la final.

Como en la actualidad, el tema de las desigualdades por ser mujeres también se hizo patente. Después de una serie de dimes y diretes que se mantuvo por varios días, las seleccionadas amenazaron con no jugar la final si no obtenían participación económica de lo generado por el campeonato. Explicaba El Sol de México: “Entre sus peticiones, están las ganancias del torneo, por concepto de TV, y por haber intervenido en comerciales y publicidad”. Finalmente, tal exigencia no prosperó y las jóvenes jugaron la final contra las danesas, campeonas del torneo anterior.

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