Desde la mitad de los años 50 las salas arqueológicas del antiguo Museo Nacional comenzaron a ser transformadas buscando una mejor narración de las culturas prehispánicas. Guiados por sus maestros algunos alumnos de la Escuela Nacional de Antropología se convirtieron en museógrafos y llevaron a cabo la renovación de estas salas. Ellos mismos diseñaron y planearon, junto al arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, el nuevo Museo Nacional de Antropología.