Miguel Lerdo de Tejada y Reyes, pionero del nacionalismo musical

María Eugenia Aragón Rangel

En las orquestas que Lerdo de Tejada conformó y dirigió, participaron afamados músicos y cantantes, como Agustín Lara, Juan Arvizu, Alfonso Ortiz Tirado, Ernesto Elorduy y Manuel M. Ponce.

 

Los primeros pasos en la música

Miguel Lerdo de Tejada y Reyes nació el 3 de abril de 1869, aunque celebraba su nacimiento el 29 de septiembre por ser el día de San Miguel –relata Talavera–. Sus primeros años transcurrieron al cobijo de una vida hogareña apacible y armónica en la que por las noches la familia se reunía en torno al exclusivo piano del padre, a fin de oírle ejecutar piezas de moda y algunas de muy buena factura de su autoría. Este hábito hizo nacer en él un ferviente sueño de ser músico que, al morir su papá, le negó su madre bajo el argumento de ser un oficio vergonzoso.

No obstante, aprovechaba el estar solo en casa para practicar en el piano sin dificultad alguna, satisfacción que le fue nuevamente prohibida al ser descubierto. Su desilusión lo llevó a convertirse en un niño rebelde, cínico, taimado y flojo, no así a renunciar a su deseo de ser músico. Por ello fue que, antes de cumplir doce años, huyó de su hogar rumbo a la capital del país con un grupo de arrieros con los que compartía por las noches su gusto por el canto y la música. La osadía no duró mucho y unos días después estaba otra vez con su familia.

Fue entonces que su vida tomaría el rumbo anhelado. Esperando que dejara de ser “la oveja negra”, su madre decidió internarlo en el Seminario Católico en la Ciudad de México, por lo que la familia se trasladó al primer piso de los Baños del Amor de Dios, en las calles de Jesús María y Emiliano Zapata. Sin embargo, fue expulsado del colegio por su falta de dedicación al espíritu. Después su mamá aceptó la invitación del dueño de los Baños para que Miguel tocara el piano y animara a su clientela. Por su excelente desempeño terminó actuando los domingos y días festivos, recibiendo veinticinco centavos por dos horas de función. Comenta Talavera que en ese piano hizo “sus ‘primeros estudios’, si no metódicos, cuando menos ininterrumpidos durante un tiempo, lo que le permitió aprender a ejecutar empíricamente la mayoría de las piezas más populares de la época”.

Entre la continuidad y el abandono

Buscando ampliar sus horizontes, el joven músico de dieciséis años volvió a huir de casa, suscitando su internamiento en el temido centro militar Escuela Industrial de Huérfanos, en cuya banda musical participó como trompetista. La severidad escolar hizo mella en él, al grado que renunció a la música para ingresar a trabajar como cobrador en los tranvías del Distrito Federal, de los que era propietario su tío Ángel Lerdo de Tejada. También fue al Colegio Militar, del que egresó cuatro años después junto con su reiniciado anhelo de ser músico. Fue así que una vez más vuelve a su trabajo de pianista en los Baños del Amor de Dios por un salario de uno a tres pesos por jornada, a la par de amenizar fiestas familiares.

Su agradable personalidad y el sentimiento que le imprimía a sus interpretaciones le ayudaron a salir del anonimato en poco tiempo. Cuando parecía que la vida le sonreía, contrajo un desafortunado matrimonio que lo llevó a vivir una existencia errada, nómada e inútil. Distanciado de su familia, sin dinero ni trabajo, vagó por la Alameda Central hasta que fue recomendado como pianista en el burdel Capellanes. En estos andares suplió a Hipólito, el pianista ciego de Santa, cuando este murió. A la par trabajó en el Tívoli Central y otros centros nocturnos. Talavera comenta que “seis años después empezó a convertirse en todo un artista gracias a la fama, dinero, admiradores y amigos, tanto artistas e intelectuales, como Darío Ramos, Felipe Villanueva y Ricardo Castro; en particular la del poeta, periodista y autor teatral Pedro Escalante Palma, quien con su amplia cultura apoyó al pulimento intelectual de Miguel”.

 

Si desea leer el artículo completo, adquiera nuestra edición #165 impresa o digital:

“Sabores, texturas y refranes, de la comida mexicana”. Versión impresa.

“Sabores, texturas y refranes, de la comida mexicana”. Versión digital.

 

Recomendaciones del editor:

Si desea saber más sobre la historia de la música en México, dé clic en nuestra sección “Música”.

 

Title Printed: 

Miguel Lerdo de Tejada y Reyes, pionero del nacionalismo musical