Hace 110 años el general Pascual Orozco y sus hombres se alzaron contra el gobierno de Francisco I. Madero.
El 25 de marzo de 1912, desde Chihuahua, proclamaron el Pacto de la Empacadora, en el que, entre otras cosas, desconocieron al presidente y lo acusaron de violar el Plan de San Luis, así como de recibir apoyo de Estados Unidos para hacer la revolución.
Poco tiempo antes, Madero había intentado licenciar el cuerpo de rurales de Chihuahua, cuyo jefe era Orozco, así como limitar su poder y actividad. Aunado a ello, Pascual no veía con buenos ojos las decisiones del presidente. Estos factores fueron determinantes para iniciar un alzamiento que se extendió a los estados norteños de Durango, Coahuila y Sonora, y que puso a temblar al gobierno maderista, en especial luego de que el general José González Salas, otrora secretario de Guerra, se suicidara debido a los errores cometidos como comandante de la tropas federales en su campaña contra los rebeldes.
El movimiento orozquista se prolongó por cinco duros meses, hasta que en agosto fue definitivamente derrotado por el general Victoriano Huerta, comandante de la División del Norte y quien, a su regreso a la Ciudad de México, sería recibido como héroe por su valiosa contribución a pacificar al país.
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La rebelión orozquista