Hart Crane ha sido considerado uno de los poetas estadounidenses más importantes del siglo XX. Hacia el final de su vida, Crane intentó retomar su carrera literaria en México, mientras vivía con su pareja Peggy en Taxco.
Ese 27 de abril de 1932, el barco Orizaba surca las aguas del golfo de México bajo un luminoso y despejado cielo de mediodía. Ha zarpado del puerto de Veracruz rumbo a Nueva York. Antes de hacer una parada en La Habana, la tripulación reporta, con un terrorífico grito, un “¡hombre al agua!”. Se trata del justipreciado poeta estadounidense Hart Crane, que se ha arrojado al mar. Le tiran un salvavidas, pero él lo rechaza. Desde cubierta, los pasajeros atestiguan el fatal camino hacia la muerte del escritor de 33 años, autor de El puente, uno de los poemarios más celebrados de la literatura norteamericana del siglo XX.
Nacido en julio de 1899, Crane llegó a México gracias a la beca Guggenheim que le fue otorgada en 1931. Luego de haber terminado su magna obra El puente, no tenía un nuevo proyecto literario; además, su ciudad de residencia, Nueva York, pasaba por la crisis social y económica de la Gran Depresión.
Crane amaba el idioma español, aunque jamás lo logró dominar. Se inició en la cultura mexicana con la lectura de La serpiente emplumada (1926) de D. H. Lawrence. Luego de esto, le escribió a su amigo Waldo Frank: “Me hallo ahora más que nunca ansioso de aprender esta la más bella lengua del mundo. Y se me ocurre que es una preparación necesaria para mi próxima obra, recién concebida como una tragedia en verso libre sobre la mitología azteca, para lo que tendré que estudiar los oscuros calendarios de los reyes muertos”.
El viaje de Hart a México significó un intento por moderar su consumo de alcohol y escribir un poema épico que pensaba como continuación de El puente. Además, inició su primera relación heterosexual, con Peggy Baird, quien se estaba divorciando de su amigo Malcolm Cowley. Hasta entonces, Crane solo había mantenido relaciones homosexuales, la más conocida con el marinero noruego Emil Opffer.
Al final, en el año en que estuvo en nuestro país, no escribió el poemario que imaginaba ni moderó su consumo de alcohol, pero sí estudió las culturas azteca y maya, e intentó hacer vida con Peggy en Taxco, Guerrero.
Allí inició la confección del único poema que escribió en México: The Broken Tower. Se dice que lo hizo una mañana de enero de 1932 y que su nombre alude a las torres de la iglesia de Taxco, aunque el texto nada tiene que ver con ellas, sino más bien con su nueva y frágil felicidad que creía haber encontrado: “Y de este modo entré en el mundo roto/ para encontrar la compañía visionaria del amor”.
Pese a ello, la turbulencia alcohólica por la que pasaba se intensificó. Las cosas no iban bien con Peggy. El dinero no alcanzaba y el retorno a Nueva York parecía lo mejor. El día de su muerte bebió lo suficiente como para armar una trifulca entre los marineros. Luego se despidió de Peggy y saltó por la borda. Su cadáver se perdió en la inmensidad del mar.
El artículo "Hart Crane, el poeta que se perdió en el Golfo de México" del autor Ricardo Lugo Viñas se publicó en Relatos e Historias en México número 128.