¡Dios salve a la reina!

Música y tiempo

“No escribes God Save the Queen porque odies a los ingleses. La escribes porque los quieres y estás harto de que los maltraten”, dijo John Lydon, vocalista de los Sex Pistols, algunos años después del lanzamiento, en mayo de 1977, de esta pieza que ofendió a millones de simpatizantes de Su Majestad Isabel II y provocó la censura de la casa real.

 

Además, causó el veto de su reproducción por “su asqueroso mal gusto”, según se externara desde la BBC. Pero para esta agrupación que clamaba por la anarquía, la composición solo buscaba señalar “la realidad” de los jóvenes, para quienes “no había futuro en el sueño de Inglaterra”.

La canción, cuyo título alude al himno usado en Reino Unido y en la Mancomunidad Británica –vigente desde el siglo XVIII e inspirado a su vez en Grand Dieu sauve le Roi, el canto celebratorio para el rey Luis XIV que fue adoptado como himno e interpretado hasta antes de la Revolución francesa–, supuso no solo un momento coyuntural en la historia del punk que para entonces llevaba más de un lustro en la escena musical anglosajona, sino también el banderazo de salida de las protestas contra el gobierno por parte de los jóvenes británicos, hartos de la precariedad económica, el racismo, la falta de empleo, la escasez de oportunidades y del anquilosado sistema monárquico que no les auguraba prosperidad.

La vorágine de los primeros días tras el lanzamiento de God Save the Queen dio para que la reina la escuchara a menos de una semana del Jubileo de Plata que celebraba sus veinticinco años al frente de la monarquía. Cerca del acto, los Sex Pistols pasaron cantando esa y otras piezas de su primer y único álbum, Never Mind the Bollocks, mientras navegaban sobre el Támesis.

Ese hecho y la gira que la banda emprendió en secreto reflejaban el tono de la persecución y hostigamiento de las autoridades y la sociedad sobre los Sex Pistols y la irreverencia de su punk, pues independiente de la profunda crisis por la que atravesaba Reino Unido, la monarca personificaba la idealización de sus valores más impolutos. Por otro lado, esta censura los plantó ante un abrumador éxito en distintas partes del mundo.

La carrera de la agrupación terminó pronto; apenas superaron el año de vida entre que grabaron su primer sencillo en noviembre de 1976 y dieron su último concierto en San Francisco (EUA) en enero de 1978. Por su parte, el punk se convertiría en un producto de exportación –al igual que la monarca Isabel II– que pudo desarrollarse en Europa más allá de lo que representaban los Sex Pistols, llegando a México pocos años después.

Esta God Save the Queen no sería la primera ni la última canción de protesta contra la reina, ni tampoco la única en el universo del rock, pues antes Queen la había incluido en su álbum A Night at the Opera, de 1975, el mismo año en el que las notas originales de este himno real sonaron en el Zócalo de Ciudad de México debido a la visita de Isabel II a nuestro país.

 

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